—Escritora—
Todos habían hecho lo que habían podido, habían exterminado a los golens y habían matado a la chica llamada Nieves, nadie sintio pena por ella, solo Alex.
—¡Mereces morir Vegetta! —exclamo el chico pelinaraja, en sus ojos se podía ver cómo había perdido la cordura.
Todos estaban cansados, realmente no sabían de donde había sacado tanta fuerza Lolito.
—¡No Lolito! —grito Fargan intentando levantarse, pero fue inútil para él.
Vegetta también estaba cansado, no tenía fuerzas para más, entonces solo sonrio. Tal vez por qué se había dado por vencido o solo por querer reunirse cuanto antes con su osito.
Lolito rio de manera maniaca alzando su espada, y cuando está apunto de atacar a Vegetta, le miró realmente asustado al igual que todos, el chico de pelo naranja tiro la espada al suelo y retrocedió unos pasos, sus pupilas estaban dilatadas del terror.
Entonces él de ojos morados miró extrañado al chico.
—¡Oh dios mío! ¡Rubius! —exclamo Auron adolorido.
El de ojos morados sintió unos brazos en su pecho, miró impresionado a la nada asta que se giró, encontrando la mirada verdosa que tanto conocía.
—¿Ru... Rubén? —pregunto con voz quebrada. Este no le respondió y miró fijamente a Lolito asta que esté grito tirandose al suelo sujetándose la cabeza, asta que segundos después calló al suelo inconconconciente.
—¡Estás vivo! —grito Fargan.
Rubius dejo de mirar a Lolito y se separó de Vegetta, sonrio suavemente mirando a sus amigos y luego a Vegetta.
—¡Ojalá! —exclamo con una sonrisa leve el chico —. No me queda mucho tiempo aquí, así que gracias chicos, gracias por haber cuidado a Vegetta, sobretodo a ti Fargan. Chicos os quiero, estoy bien donde estoy, ya no me siento lleno de pena —dijo haciendo llorar a más de uno —. Y a ti, Vegetta —se giró a mirarlo —. Gracias por haber aparecido en mi vida y lo siento por haberme ido así, pero supongo que debía de ser así —dijo sonriéndole, puso ambas manos en su rostro —. Superando cariño, estoy bien desde donde estoy, te mereces ser feliz con quién quieras. Te amo mi anciano.
—¡Y yo Rubén! —exclamo acercándose a sus labios, evitando el sollozo, este hizo lo mismo asta que sus labios se juntaron.
Pero entonces el cuerpo de Rubén comenzaba a disiparse, al notarlo la pareja se separaron. Rubén miró su cuerpo y sonrió.
—¡Me tengo que ir! —exclamo —. ¡Ser felices! ¡Os lo merecéis! ¡Los dioses y yo os observaremos! —y con eso el chico se disipó por completo dejando caer una pequeña tarjeta, Vegetta al darse cuenta lo cogió y leyó lo que ponía.
“Estate atento, cielo"
Sonrió guardando su tarjeta, no sabía lo que significaba pero sabía que era importante.
Fin.
Gracias por haber leído está bonita historia, un beso a todos, gracias a vuestras palabras bonitas estoy aquí, muchas gracias por leer, les quiero lectores y lectoras.
Publicaré el epílogo en unos minutos.
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Lo que susurra nuestro corazón. RUBEGETTA.
FanficQuerido Vege: Nunca antes me di cuenta de lo que sentía, te veía como un amigo que le tenía mucho cariño, como alguien que necesitaba ver siempre, pero jamás creí que eso fuera amor, jamás creí que fueras mi debilidad, jamás creí que me volvería tan...