Parte 20

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C: no me importa, me robo la juventud enviandome a la cárcel, ahora le toca pagar.

Mari: ella quiere compensarte económicamente.

C: no quiero su dinero, quiero verla entre rejas, y lo voy a conseguir.

Mari: pero Cristina....

C: pero nada......

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Maura levanto la mirada para ver a Horacio.

M: ahora voy a tener que colocar todo esto de nuevo en el armario (secándose las lágrimas).

H: mejor dejalo todo en la maleta, seguro que vas a volver a hacerme otro espectáculo, ¿o me equivoco?.

M: no lo hago queriendo, el mundo esta en mi contra, el universo se ríe de mi.

H: pobrecita (bromeó) oye, me diste tremenda cachetada (se sobo la mejilla enrojecida).

M: (mordiendose el labio inferior) ¿te duele?

H: si, mucho, creo que voy a necesitar hielo.

M: aw, perdón (le abrazo) casi te mato.

H: (rió) no es para tanto pero si duele, la próxima que te vea tan enojada voy a optar por amarrarte.

M: y yo voy a optar por dejarme amarrar (en un tono perveetido y llevando su mano a la entrepierna de el para acariciar su miembro por encima del pantalón).

H: quieta (agarrando su mano) tienes mucho peligro.

M: lo que tengo son muchas ganas, quiero sexo (sin tapujos).

H: ¿te das cuenta que pasamos de pelear y llorar a querer tener sexo? (pregunto).

M: supongo que son las hormonas....

H: tengo que terminar de revisar unas cuentas.

M: supongo que podría aguantarme hasta la noche y para compensarte la cachetada, ¿que te parece si te ayudo con esas cuentas?.

H: me parece una gran idea, vamos al despacho.

M: vamos (tomando su mano y caminando).

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Solo pensaba en su justicia, en dejar claro que ella no era una asesina, que quien había disparado había sido Maura y la acusó con mentiras....

L: (Luciano era su abugado) ¿que pasa?, estas muy pensativa.

C: por su culpa mis padres dejaron de hablarme, no fueron ni una vez a verme a la cárcel, ni ella que sabía la verdad apareció por allí y ahora su amiga me dice que la perdone, no puedo olvidar todos esos años de prisión, Luciano.

L: no tienes por que hacerlo, si realmente te acusó con mentiras, debe responder por ello.

C: (quedó pensativa).

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Maura trataba de comorender lo que Horacio le explicaba pero definitivamente las finanzas no eran lo suyo.

M: mi amor, ¿y si mejor te traigo un café? (propuso).

H: (esbozo una sonrisa) ¿no se te dan bien las finanzas?.

M: (negó) solo veo números sin sentido.

H: sientate aquí (pidió quebse sentara en su regazo, ella encantada lo hizo) no puedo avanzar mucho si estas mirandome, tu mirada hace que pierda la noción del tiempo.

M: pues deja eso y centrate en mi, recuerda que esta semana es para nosotros, no para estar trabajando.

H: (asintió) ve a prepararme ese café, termino unas cosas y soy todo tuyo, ¿si?.

Puras FierasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora