Parte 18

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H: (ella contrajo sus partes llegando al orgasmo, al sentir sus gemidos cerca de su oído se vino también, dio un ronco gemido y la miró a los ojos) te amo.

M: (le tomó del rostro) y yo, siento haberte mordio, pero tu sangre sabe muy bien.

H: (la besó).

M: descansemos un poco, cariño, por que esto aun no ha terminado, vamos a seguir hasta mañana, hasta que las fuerzas se nos agoten (le beso enredando su lengua con la suya).

H: mi am.... (cortando como podía el beso que su amada le estaba dando).

M: ¿que? (algo molesta por cortar el beso).

H: dejame respirar un poco (le pidió).

M: (arqueo una ceja) ¿no quieres que te bese?.

H: no digas tonterías, claro que quiero, me encanta que me bese, pero necesito respira, ¿recuerdas?.

M: (volvio a subirse encima suyo) ¿ya descansaste?.

H: acabamos de parar (sorprendido).

M: (le besaba el cuello) pero este par de minutos ya basta para haber recargado las pilas (le mordió con delicadeza).

H: (cerro los ojos volviendo a notar como su miembro endurecia con el roce de aquella mujer).

M: (le miró con una sonrisa en la cara) me encanta el poder que tengo sobre ti (moviéndose sobre el).

H: (la agarró de las nalgas y la extrujo entre sus manos) me toca a mi encima (la giro quedando en medio de sus pies, apoyo las rodillas en la cama y elevó su pelvis tomandola por la cintura para poder penetrarla).

Estuvieron haciendo el amor hasta casi la mañana del día siguiente, Horacio terminó rendido y quedó dormido al finalizar tanto placer.

M: (rió viéndole dormir) pobrecito (se levantó y entro en el baño, cerro con el fechillo, tomó su cajetilla de cigarro y prendió uno para fumarselo, sabía que era una inconsciente ya que estaba embarazada, pero necesitaba dar un par de caladas, estuvo un rato más y después lo apago y regreso a la cama junto a Horacio para dormir un poco a su lado).

Unas horas después.

M: (se desperto antes que Horacio y comenzó a preoarar sus maletas, cuando terminó, bajo a desayunar) ¿que haces? (le pregunto a su hijo quien estaba en la cocina preparando algo).

J: el desayuno para los tres, me imagine que Horacio y tu se levantarian cansados, ¿me equivoque?.

M: no, estamos cansados, bueno, el más que yo (sentándose).

J: (sirvió el plato de su madre y el suyo) espero que te guste.

M: seguro que si por que tiene buena pinta.

J: (la observo probar la comida) ¿y?.

M: esta muy rica, gracias.

J: no hay de que..... ¿es cierto que nos vamos a la casa en la playa de Horacio?.....

M: si, ya prepare mis malestas, dijo que nos iríamos temprano pero aun no se levanta.

J: vas a tener que despertarle.

M: pues si, no me va a quedar de otra que despertarle (levantándose) ya vengo (se dirigió de nuevo a la recámara y aún Horacio estaba dormido) mi amor (acercándose) despierta (le movía).

H: (abrió los ojos con pesar) ¿que pasa?, Maura.

M: dijiste que nos iriamos temprano y no te lavantas, amor, ya quiero irme.

Puras FierasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora