Italia

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—¡Alzati pigro! Dahyun andiamo (Levántate floja, vamos)—la movieron con desespero, tanto, que tuvo que abrir los ojos y manotear para que le dejaran tranquila, pero no fue así.

—¡Lasciami dormire! (déjame dormir) —gruño, antes de sentir el agua caer sobre su rostro, gritó por la sorpresa y se sentó en la cama tallando su rostro, miró a su hermana con odio—. ¿Cosa c'è che non va nel tuo idiota? Guarda come mi hai lasciato (¿Qué te pasa idiota? Ve como me dejaste)

—Sei in ritardo per lavoro, muoviti ragazza (vas tarde para el trabajo, muévete niña)—dijo con una sonrisa de suficiencia antes de abandonar la habitación.

—Por cosas como estas, maldigo el día en que te volviste a casar padre—bufó mirando al techo con pereza, sin embargo al tomar su celular y darse cuenta que estaba a una hora de tener que salir de casa rumbo a su nuevo empleo, se estiró y se levantó.

Tomó un baño de agua fría, era ideal para despertarla, no estaba acostumbrada a levantarse temprano, sus otros empleos habían sido en un hospital cercano por las tardes, pero ahora no lo tenía y necesitaba encontrar algo más, agradecía que uno de los médicos con el que trabajo, le ofreciera mandar su curruculum a una familia necesitada de una enfermera con buenas referencias y muy activa, como ella.

Kim Dahyun se miró al espejo con una sonrisa, peino su cabello castaño que le llegaba hasta la cintuta, su maquillaje era ligero como siempre, siendo enfermera no tenía mucho tiempo para poner demasiado esfuerzo en su arreglo, lo básico era lo que mejor le iba, aregló su ropa formal y asintió, tomando su bolso salió de la habitación.

Vivia en un departamento cerca del centro, era pequeño pero suficiente para una familia de cuatro integrantes, su hermana mayor de veintiseis años Antonella, su madrastra Beatriz y su padre, quien a esas horas se encontraba de camino a la fábrica donde trabajaba. Al llegar a la cocina el delicioso aroma de las tortitas de huevo y tocino hicieron que su boca se hiciera agua, sensentó en una silla vacía donde el plato ya estaba servido.

—Grazie mamma—le dijo con una sonrisa.

—Prego, mangia in fretta in modo da poter arrivarci, è il tuo primo giorno, devi fare bella figura, carina. (De nada pequeña, come rápido para que alcances a llegar, es tu primer día, debes dar buena impresión linda)—sonrió sirviéndose una taza de té de manzanilla.

—Lo farò madre (lo haré madre)—asintió comenzando a comer.

—¿Sabes llegar? —preguntó su hermana con una ceja alzada.

—Sí, está a media hora en auto—respondió antes de meterse a la boca un gran bocado de comida.

—Stai attento (cuidado) —le sonrió animada.

Una de las cosas que Kim Dahyun agradecía era que su padre hubiera encontrado una buena mujer para casarse después de la muerte de su madre, ella tenía doce años cuando conoció a Beatriz, que se había convertido en su madre de forma inmediata y Antonella en su querida hermana, su confidente, sabía que tenía suerte, sus amigas en corea, le decían que si su padre se casaba se repetiría la historia de la cenicienta, salvo que omitían la parte del príncipe, tuvo miedo, pero su padre le aseguró que estarían bien, que sería bueno para ambos, fue difícil, pero con el tiempo supo que su padre no se equivocaba, porque había ganado una familia.

A sus veinticuatro años, Dahyun, era una enfermera, con buen historial, tanto laboral como académico, dinámica, con ganas de aprender y con una vocación que le hacía preocuparse y poner como prioridad a sus pacientes, le encantaba su profesión y estaba a punto de llegar a su nuevo trabajo, el que sería su salvación del desempleo.

Un Cambio De Vida *YOONMIN*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora