Un Cambio De Vida *YOONMIN*

Terroncito de azucar

—Es muy pequeña ¿No lo crees?

Jimin quien estaba acostado con los ojos cerrados disfrutando de las caricias en su pancita de cinco meses, abrió sólo un ojito y le miró curioso.

—¿Tú crees? —preguntó con una sonrisa.

Yoongi beso la punta de su ombligo y asintió —La de Kai era enorme. Lo recuerdo bien.

—Bueno eso es porque era más grande, este es pequeño o pequeña

—Realmente espero saber pronto que será—suspiro besando su mejilla—. ¿Aún estas con esa idea de esperar?

—Sí, quiero que sea sorpresa para ambos—le miró con cariño.

—Creo que es una buena idea, pero no puedo evitar sentirme ansioso, sabes que me gusta ser organizado y tener las cosas bajo control— suspiró—. ¿De qué color debemos de pintar su habitación?

—Yo creo que algo neutro estaría bien, además de que los colores no tienen nada que ver con el género—levantó una ceja—. Quiero una combinación de blanco, con azul y amarillo, me gusta mucho el color amarillo, trae calma ¿No lo crees?

—Amor, no soy muy afín a fijarme en los colores, lo que tú decidas está bien para mí, siempre confiaré en tu buen gusto.

Jimin sonrió ladino, habían pasado algunos meses desde que ellos habían descubierto que serían padres por segunda ocasión, cuatro para ser exactos, al principio tuvo miedo de que la historia se repitiera nuevamente, pero sorprendentemente como sólo Yoongi sabía ser, resultó ser todo lo contrario, desde el primer momento se incluyó, le acompañó a la primera cita, donde pudieron ver a la bolita de células, hablaron con la doctora Kang, el pronóstico era incierto, ella decía que era un milagro que nuevamente estuviese embarazado, el daño en su útero aún permanecía, por lo que debía tener todos los cuidados del mundo, evitar las cosas pesadas, subir y bajar escaleras, hacer esfuerzo, correr o hacer algún tipo de ejercicio, no podían tener relaciones sexuales los primeros meses y llevar una alimentación estricta.

Claro que Jimin nunca creyó que Yoongi acatara todo al pie de la letra, no le dejaba hacer absolutamente nada, aún trabajaba, ya que su trabajo era de poco tiempo y estaría sentado o recostado, Yoongi lo llevaba al trabajo y lo recogía, les ayudaba que Jihoon estuviera cerca para vigilar a Kai mientras dormía, no salía mucho, se la pasaba en su nuevo hogar, porque sí, después del drama de un año entero, Yoongi le había propuesto vivir nuevamente juntos, hablo mucho con su madre y con Taehyung, ellos le dijeron que era su decisión, pero que era un buen comienzo, así Yoongi podría incluirse a tiempo completo en la vida de HueningKai y en la del bebé. No fue difícil mudarse, Yoongi consiguió una casa, en un lindo barrio de Seoul, cerca del centro, esta era grande y espaciosa, tenía cinco recamaras, dos cuartos, la sala, comedor, cocina equipada, un patio de buen tamaño con una piscina, y un lindo balcón.

Jihoon seguía viviendo con ellos, este trato de convencerlo de dejarlo vivir solo en el departamento, pero se negó rotundamente, este era, como Jimin lo llamaba, su bebé grandote, no iba a dejarlo solo, Jihoon creía que hacía eso porque era el niñero de Kai, pero la realidad era que a Jimin le daba miedo dejarlo solo.

Al comienzo, les fue complicado adaptarse, sobretodo porque todos tenían una forma diferente de vivir la vida, Jihoon se centraba en la universidad, Jimin en cuidar de Kai, Yoongi de trabajar y HueningKai de jugar. Decidieron tener una rutina, horarios de comida y días de descanso, Yoongi confiaba en su hermana así que le daba una buena parte de la administración de la empresa, ya no llevaba todo el peso en sus hombros, lo que le ayudó a concentrarse en su familia y en su recuperación.

Había días malos y otros peores, pero siempre estaba Jimin a su lado para acariciar su espalda tras una pesadilla, o Kai quien le recordaba con sus muestras de afecto que era un niño feliz, para ellos todo estaba resuelto, nada podía salir mal, iban un día a la vez. Sin embargo, había fantasmas que se negaban a abandonar su mente, uno de ellos descansaba en el cajón del escritorio.