Una visita agradable.

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Está vez no pude controlar a Aqua, sé que ella siente algo por mi, lo niega pero sus acciones dicen lo contrario, ahora bien, detesto que la muy hija de perra se aproveche de la fuerza que tiene en momentos inútiles como en sus celos por Megumin y si eso fue con ella, ¿Cómo será con la Paladín pervertida?.

Estaba en el establo adolorido de algunos golpes que recibí por parte de ella, además no dejaba de morder mi brazo aunque ahora está dormida.

La miré, se ve más linda calmada que haciendo esas estúpidas escenas sin sentido... Pero bueno, nada en éste mundo tiene sentido.

En la quietud de la noche solo pensaba en las palabras de Eris... Ahora que lo pienso, tal vez ella mandó a aquel tipo para interrumpir mi siguiente paso a ser hombre. ¡Hija de!...

No, bueno, no pensaba claramente en ese momento.

Mire a Aqua...

¡Está babeando mi brazo!.

No importa, no es tan asqueroso como la baba de sapo.

Acaricié un mechón de su cabello.
Mientras recordé las palabras de Eris.

" Ella perdería su divinidad al perder la virginidad con un mortal".

Suspiré.

También dijo que ella era consiente, si lo es, ¿Entonces porque me molestaba con que quería volver a los cielos?.
No, tal vez no lo acepte, pero no es eso lo que quiere.
Esto es muy complicado, ella dijo que le gusto, bueno lo acepto, estuvo a punto de dar el siguiente paso, si, pero, no es lo mismo gustar que amar.
Es muy pronto para que diga esas palabras y preferiría que no las dijera.

¡Le estoy dando muchas vueltas!

Ya nada de lo que pienso tiene sentido, debo calmarme y solo hablar con ella, tal vez mañana.

Me acerque un poco a ella, la tomé entre mis brazos, la pegué a mi cuerpo.

- Aqua, seas consciente o no de que estar conmigo te volverá una mortal, si me elijes, aunque seas una inútil, yo te protegeré...

Susurré esas palabras vergonzosas.

Acaricié su cabello, pegué su cara a mi pecho y me dormí, abrazándo a mi Diosa inútil.

Cuando desperté, ella no estaba a mí lado...

Talle mis ojos y miré por todo el cuarto. No estaba ella ni sus cosas.

- Supongo que salió a comprar algo...

Miré la hora.

- Mierda!, Ya es tarde!.

Espero que Aqua recuerde que hoy tenemos una misión...

Salí del establo rápidamente, caminé rápidamente, sentí una extraña sensación de soledad, estoy tan acostumbrado a la hiperactiva Diosa, sin embargo, hoy todo está tranquilo...

Llegando cerca del gremio encontré a alguien conocido caminando por las calles...

- Señor Degel, buen día!.

- Oh, Kazuma Buenas tardes!.

Cierto es tarde!.

- Vas a una misión muchacho?.

- Si, me reuniré con mis compañeras.

- Me alegro mucho que te vaya bien.

- Dígame, ¿Cómo está Tris y la pequeña Diana?

Degel mostró una cara de preocupación.

- Bueno, mi esposa está bien, pero mi pequeña...

- ¿Qué sucede?.

Konosuba!, Bendita Sea Mi DiosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora