Capítulo 10. Un beso

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Abrí lentamente los ojos. Unas manos rodeaban mi cintura y mi cabeza estaba apoyada en su torso.

- ¿Qué mierda es esto? - Susurré.

Blake estaba allí. Golpee mi frente con mi mano para volver a la realidad. Salí lentamente de la cama y salí corriendo hacia el baño. Mi estómago entraba en acción, haciendo que vomitara todo lo que quedara en él.

Lavé mi cara, cepille mis dientes y mi cabello el cual recogí con un coleta. Salí del baño, Blake estaba despierto y sus brazos se extendían hasta su nuca, donde sus manos se entrelazaban. Sus labios dibujaban una sonrisa y sus ojos recorrían mi rostro, haciendo que mis mejillas ardieran.

- Buenos días. - Me dijo.

- ¿Buenos días? ¿Qué haces en mi habitación?

- Tú me lo pediste anoche.

- ¿Qué? Estas loco. ¿Cómo iba a pedirte yo eso?

- Te queda bien esa camiseta.

Me miré. Dios mío. Era su camiseta. Bella, ¿qué demonios has hecho?

- ¿No te acuerdas de anoche? - Se incorporó. - Haz memoria, mientras hago algo para comer.

Pasó por mi lado y salió de mi habitación.

- Mierda, mierda, mierda. - Repetí.

Miré la hora en mi teléfono. Eran las dos de la tarde, ¿cómo había dormido tanto? No espera algo mejor, ¿cómo habíamos dormido tanto?

La boda era las cinco y aún ni siquiera me había bañado. Intenté tranquilizarme e inspiré hondo. Salí de mi habitación y me dirigí a la cocina.

- ¿Quieres desayunar o comer? - Me dijo entregándome un vaso con zumo de naranja.

- Comer, supongo. - Llevé el vaso hasta mis labios y tomé un poco de zumo.

- De acuerdo. - Comenzó a moverse por la cocina preparando la comida.

- Blake. - Me miró. - ¿Qué pasó anoche?

- ¿No te acuerdas? - Comenzó a reír.

- Es obvio que no, por eso te pregunto y tú estas ahí riéndote de mí.

- Bella, no pasó nada. Bueno, a ver, no pasó nada de lo que tú te crees.

- ¿Enconces qué paso?

- Bueno, digamos que hubo una botella de vino, un semi desnudo, también un baile y también quisiste que durmiera contigo. Eso es todo

- Espera, espera, tienes que estar de coña.

- No, no lo estoy. Pero olvidalo, todo esto quedará entre nosotros. - Me guiñó un ojo.

Me volví a golpear la frente con mi mano. Esto debía ser una pesadilla. Salí de la cocina y me dirigí a la mesa del jardín. Fue el momento más vergonzoso de mi jodida y corta vida. Lo acababa de conocer y ya le quería hacer un baile, no me quiero ni imaginar cuando lo conozca mejor. Sacudía la cabeza para quitar todo pensamiento de mi mente.

𝚂𝙴𝙰𝙼𝙾𝚂  𝚂𝙸𝙽𝙲𝙴𝚁𝙾𝚂 •1• ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora