Capítulo 16. Juguemos

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Bebí un sorbo de café, mientras miraba a través del cristal de la ventana.

Miré la hora en mi teléfono, las ocho y media, tendría que ir al banco en una media hora, así que salí de la cocina y me adentré en el vestidor. Tapé mi torso con una camiseta blanca, adornaba con un pequeño corazón su lado izquierdo. Cubrí mi parte inferior con una falda de tejano gris e introducí la camiseta por dentro de esta, calce mis pies con unas convers negras. Cepille mis dientes y mi cabello, haciéndole a este un moño y soltando algunos mechones. Me maquille un poco, y preparé las cosas para irme. Arranqué mi coche y lo conduci hasta el banco.

Terminé más rápido de lo que creí. De nuevo me monté en el coche y me dirigí a la cafetería. Tendría que hacer tiempo, así que desayunaria, ya que no lo hice en casa. Pagué y salí con paso ligero, ya había cogido los apuntes del coche, eso que me ahorrababa.

Salí de clase después de las dos largas horas, con muchos apuntes y muy estresada. Apoyé mi cuerpo sobre el capo de mi coche y me quedé allí durante unos minutos. Pude ver a lo lejos a Blake hablando divertidamente con Mara, ella me miró, puso la manos en la mejillas de él y lo besó. Suficiente, me monté en coche y aceleré. Simplemente conduci, sin saber mi destino.

Un camino de árboles cortado por la carretera apareció delante mío. Seguí conduciendo, hasta que una pequeña casa impidió mi paso. Estacione allí, y salí, lágrimas cayeron sobre mis mejillas, y me senté en el suelo apoyando mi cabeza sobre mis rodillas y mi espalda sobre el coche. No sé qué me había dolido más, el hecho de verlos así o haberme creído todo lo que Blake me dijo.

Una mano tocó mi hombro, y al levantar la vista pude ver a un chico joven con una escopeta en la mano. Venía a matarme, ya está, sería mi fin. Me incorporé rápidamente y mi rostro se quedo congelado viendo aquel arma. Se percató del miedo que sentía y deslizó su mano escondiendo el arma detrás suya.

- ¿Estas bien? - Me preguntó.

- Sí, bueno. No sé si lo estaré dentro de unos segundo.

Se quedó en silencio durante unos instantes y después, soltó una gran carcajada.

- No te mataré si es lo que piensas. A unos metro de aquí hay una zona de tiro, a estas horas no hay nadie, por eso estoy aquí.

- Menos mal, pensaba que seria mi fin. - Me dejé caer sobre el coche y deposité mi mano en mi pecho.

- Puedes estar tranquila, ahora deberías irte si te encuentran aquí puedes estar en un lío.

Miré a los lados, ni siquiera sabía dónde estaba, ni mucho menos salir de aquí.

- ¿Te has perdido? - Me miró.

- Puede que sí.

- De acuerdo, voy a por mi coche y te llevaré hasta la salida.

- Gracias.

Me sonrió y se alejó con pasó ligero, entré en mi coche y suspire. Unos diez minutos después apareció con un Mustang negro.

- Sigueme. - Se alejó para que pudiera salir con el mío.

Lo seguí, por aquel camino lleno de árboles, ni siquiera sabía cómo había entrado por ahí, hasta que por fin llegamos a la carretera. Bajé del coche.

- Gracias, no hubiera podido salir de aquí. - Dije aliviada.

- De nada, este sendero es bastante complicado para un coche.

- Me he dado cuenta. - Reí. - Por cierto me llamo Bella.

- Derek. - Entendió su mano y yo le di la mía. - ¿Por qué llorabas Bella?

𝚂𝙴𝙰𝙼𝙾𝚂  𝚂𝙸𝙽𝙲𝙴𝚁𝙾𝚂 •1• ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora