Cada movimiento en vano, tendrá una consecuencia. Incluso si no lo es, siempre habrá algo, una espinita, que te hará retroceder un paso hacia atrás. Y no es tan malo volver sobre tus propias huellas. Te hace ver lo mucho que has sufrido, lo mucho que has podido aguantar.
Sabéis cuando tenéis esa sensación de que algo malo pasará y no sabes qué. A parte súmale que estés montada en un avión, a miles de pies alejada de la tierra. ¿Qué si estaba a punto de no subirme al avión por esta corazonada? Claro que no. Bueno, sí. Casi me quedo en Venecia, amigos.
Me alivió saber que llegamos a tierra sanos y salvos, casi beso el suelo de alegría.
Nos vino a recoger Wilder, y me llevó a casa.
- Oh, se me olvidó decirte. Los chicos se vendrán a casa a comer, pásate si tienes tiempo. - Me avisó Fred.
- ¿Y Wilder?
- Me voy de viaje a Paris dentro de unas horas. Mi familia está allí.
- Oh, mola. Que lo pases bien.
Dejé la maleta en casa y bajé para ir al apartamento de Blake.
Lo había hechado de menos, demasiado. Deseba verle, volver a escuchar su voz y volver a sentir el calor de sus labios. Tenía tantas cosas que contarle que repase una y otra vez los detalle en mi cabeza.
No pude dejar de sonreír mientras pensaba en él. Era tanta la emoción que hasta olvidé coger las llaves que le dejó al portero y subí directamente al ascensor.
Mientras iba caminando por el pasillo, había unas mariposas en mi interior que no dejaban de revolotear. Una fuerza que me empujaba y quería pegar saltitos una y otra vez.
Dios, estaba perdidamente enamorada de él, y me encantaba esa sensación.
- ¡Señorita Bella, las llaves del apartamento! - Escuche al portero detrás de mí, y me detuve.
- Oh, gracias las habia olvidado.
- No hay de que.
Tome las llaves y seguí mi camino hasta su apartamento. Giré la llave y entré sin hacer mucho ruido. Caminé hasta su habitación, y creó que fue la peor decisión que había tomado nunca.
Mi mundo se dividió en dos. Se quebró por completo. Todas las palabras que me dijo una vez dejaron de tener sentido.
Allí estaba él, y a su lado ella, Mara. Aquella chica que había hecho mi estancia en la universidad estos meses repulsiva, y de mal gusto. Aquella chica que destrozó mi habitación, y que intento humillarme en demasiadas ocasiones.
No supe cómo reaccionar, qué decir o qué hacer. Me quedé petrificada. Las manos comenzaron a temblar y en ese momento las llaves cayeron al suelo, junto con unas lágrimas que se deslizaron por mis mejillas.
Ellos se despertaron casi al mismo par.
- ¿Qué haces tú aquí? - Le habló a Mara. - Bella juró que no es lo que parece.
No sé como salí de allí o cómo mis piernas comenzaron a moverse en dirección al salón. No sé cómo me contení para no matar a esa estúpida de Mara, y luego a Blake. No sé de dónde saqué la fuerza de voluntad para no hacerlo.
Blake, ya vestido, salió de su habitación y se detuvo al verme, mirándolo, con algo de decepción en mi rostro. Porque nunca pensé que él fuera así. Tan cobarde como para terminar conmigo de este modo. Nunca pensé que le importará tan poco como para hacerme algo así.
Lo que sentía por él era cierto, y él había cogido mis sentimientos y mi corazón y los había pisado cientas de veces.
- Bella, mi amor, juró que no ha pasado nada.
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𝚂𝙴𝙰𝙼𝙾𝚂 𝚂𝙸𝙽𝙲𝙴𝚁𝙾𝚂 •1• ✔
Lãng mạn☾︎ 𝚝𝚎𝚛𝚖𝚒𝚗𝚊𝚍𝚊 ☽︎ *EN EDICIÓN* Serán únicos al compartir su amor y tan distintos al rendirse. Bella y Blake son jóvenes, inexpertos y con un mal pasado en el amor, que les hace dudar de cada paso que dan. Asimismo, las mentiras, la poca crali...