Capítulo 21. Hermanos

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Mi despertador sonó al rededor de las nueve de la mañana, me incorporé frotando mis ojos. Caminé cual zombi a la cocina y me serví un café para después acompañarlo con unas tostadas de aguacate. Desayuné tranquila, mientras observaba las nubes moverse. Os cuento la verdad, estaba empanada. Me levanté con paso firme y caminé hacia el baño, donde comencé a prepararme como cada mañana. Me visto con unos pantalones estilo paper bag ceñidos a la pierna, con rayas verticales en blanco y negro, antes anudar el lazo, introduzco una camiseta negra por dentro. Me calzó con unas zapatillas blancas y me hago un moño despeinado en el cabello. Me maquillo un poco y salgo del baño, después de recoger todo.

Recojo mis cosas y me dirijo al coche. Tenia tantas ojeras, que ni siquiera el corrector las lograba cubrir. Conducí hacia la universidad, comenzanba mi primera clase a las diez. Iba como un robot, sin pensar en nada, sin mirar a nadie y sin hablar dos frases seguidas.

A la una, salgo casi corriendo para dejar atrás aquellas cuatro paredes, al fin libertad, estaba tan cansada que solo me aparecía dormir pero recordé que los chicos venían hoy a casa a comer, no los quería defraudar.

Me movía por la cocina. Intenté elegir una receta bastante fácil, porque no tenía ni idea de cocinar, y mi único aliado era internet. Les preparé unos tacos de champiñones adobados, unos nachos, guacamole, etc., un variado de todo. Preparaba una ensalada, cuando llamaron a mi puerta. La abrí y los vi.

- ¿Cómo está nuestra cocinera fav? - Me dijo Derek abrazándome.

Me aparté a un lado para que pudieran pasar.

- Bien, ¿y vosotros qué tal? - Les pregunté adentrandome de nuevo en la cocina.

- Con hambre. - Me dijo Joel.

- Joder, siempre tienes hambre. Estoy terminando de preparar la ensalada. - Dije cortando unos tomates.

- Te ayudo. - Fred se acercó a mí. - No sabia que cocinabas.

- No lo hago. - Reí. - Pero sé utilizar internet.

- Ya veo. - Soltó una gran carcajada que resonó en toda la casa.

Fred colocó la ensalada en la mesa y comenzamos a comer.

- Espero que os guste. La cocina no se me da muy bien. - Reí.

- Pues claro que nos gusta, esta todo de muerte. - Me dijo Joel.

Nos sobre saltamos al escuchar unos toques en la puerta. Derek se adelanto a abrir, antes de que me levantará. Mi madre y Philip aparecieron por la puerta, no entendía que hacían ahí.

- Mamá. - Fred y yo hablamos al unísono.

Los chicos nos miraron, mientras nosotros no movíamos ni un músculo. Nuestros ojos se encontraron con los de mi madre, pidiéndole una explicación.

- Es mejor que nosotros nos vayamos. Estaremos abajo. - Derek les hizo una señal a los chicos para que se levantarán.

Salieron por la puerta y mamá se sentó junto a nosotros, que aún seguíamos sin decir nada. Ni siquiera sabía que pensar, en mi mente se repetía una misma palabra mamá.

- ¿Por qué no me dijiste que ella vendría a esta universidad? - Preguntó Fred dirigiéndose a mi madre.

- No quería que os conocieras en estas condiciones.

- ¿Qué no querías qué? Vaya, que considerado por tu parte. Te he preguntado muchas veces si tuviste más hijos con aquel señor, pero siempre me has dicho que no. ¿Crees que tenías derecho a oculatarme esto? Desee tener un hermano, lo sabes muy bien. - Alce cada vez más la voz.

𝚂𝙴𝙰𝙼𝙾𝚂  𝚂𝙸𝙽𝙲𝙴𝚁𝙾𝚂 •1• ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora