Capítulo 28. Fuego y ceniza

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Desperté en la cama, con un par de sábanas rodeando mi cuerpo, no recordé haberme dormido allí y menos haberme desnudado, aunque cosas más extrañas que esa me habían pasado. Sentí el suelo frío bajo mis pies y me deslicé hasta el armario para ponerme algo que dejara lugar a la imaginación. 

No había ni un rayo de Sol, el cielo estaba cubierto por unas nubes oscuras y parecía que de un momento a otro caería una tormenta. Vengo a una playa desértica y llueve. No tengo mala suerte, para nada.

Entré en la cocina, Blake tomaba una taza de café apoyando en la barra mientras miraba a través del cristal de la ventana. Me apoyé en el marco de la puerta y lo observé. Mi mente se quedo en blanco, simplemente me limité a eso, a que mis ojos recorrieran cada esquina de su cuerpo. No me duró mucho aquello, ya que mi Bella pervertida no dudo en aparecer. Qué queréis que os diga, cualquiera aparece con un hombre semi desnudo delante suya, y si es Blake más todavía.

Él era fuego y yo la ceniza que se evaporaba en sus dedos al sentir su tacto. Sus manos se fundían en mi piel, sus labios pedían a gritos los míos y su cuerpo no quería separarse del mío. 

Giro sobre sus talones al percatarse de mi presencia, y me sonrió.

- ¿Qué haces ahí?

Caminé en su dirección y entrelace mis manos en su cuello, él lo hizo en mi cintura. Sonriéndome y permitiendo a mi ojos observar cada detalle de su hermoso y masculino rostro. Nos besamos por unos instantes. La Tierra dejo de dar vueltas alrededor del Sol y lo hizo al rededor de él. Sentí sus labios darme el calor que necesitaba y mi cuerpo de un momento a otro se moldeo al suyo. 

Me separé de él. Mis rodillas temblaron, no podía remediarlo. Blake me ponía nerviosa, demasiado.

Desayunamos mientras yo le hacía a Blake millones de preguntas sobre su familia. A ver, quizás estaba aún poco nerviosa debido a aquella fiesta, quizás, y solo un poco. Prestigiosos abogados viviendo en una mansión, rodeados de otros muchos prestigiosos abogados y haciendo una fiesta juntando todo eso, oh, perfecto, lo que yo quería.

- ¿Cómo acabé en la cama? - Solté un suspiro. - Desnuda.

- Anoche llovió, unas gotas de nada, pero fue suficiente para que te empaparas. Te encontré durmiendo en la hamaca, te traje aquí y te quité la ropa. Simple. ¿Preferirías morirte de hipotermia o algo así? - Rodó los ojos. - Además no entiendo como no te diste cuenta. 

Negué con la cabeza mientra soltaba un gran suspiro. El invierno se acercaba, y yo deseaba que el frío llegase de una maldita vez. Odiaba el calor, con todas mis fuerzas. Me gustan las vacaciones y me gusta poder dormir hasta tarde, después de una noche con amigos, pero prefiero mil veces el invierno.

Senti un alivió, al ver que no me había ofrecido a hacerle a Blake un bailecito, sería demasiado típico en mí. Rodé los ojos y con disimulo me pegue en la frente. ¿Cómo se me ocurrian cosas así? Ay, Dios, mío.

Sumergí mi cuerpo en el agua, mojando mi traje de baño y el cabello segundos después. Blake se tumbó en la hamaca, según él, a tomar el Sol, cada loco con su locura, además había nubes de tormenta, o sea qué, no sé que Sol le hará tostar la piel. Unos mechones se deslizaron por mi rostro, los aparte. Sino fuera Bella Hadid, la chica desastre y nada sexi, juraría que si me hicieran un video en ese momento, a cámara lenta, lo seria.

Sentí unos grandes ojos verdes observandome, mientras me soltaba el cabello del moño que me había hecho después de desayunar. ¿Victoria's Secret eres tú? ¿Me quieres contratar como la modelo principal? Genial, porque tengo el ego subido hasta las nubes.

Mi humor es tan bipolar que ni yo lo entiendo. Soy Rapunzel, sí, seguro que sí. Mi vida es un caos, tendría que encerrarme en una torre o en un sótano, depende de cómo lo mires.

𝚂𝙴𝙰𝙼𝙾𝚂  𝚂𝙸𝙽𝙲𝙴𝚁𝙾𝚂 •1• ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora