Capítulo 24. A ti

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En el capítulo anterior:

- Cuándo empezará a venir la gente? - Les pregunté con mi vista puesta en la pantalla del teléfono.

- Pues a partir de las . . . - No escuche nada más de parte de Blake.

- A partir de las nueve. - Contestó Fred sin mirarme.

Dejé el teléfono encima de la mesa y me fijé en los chicos. Estaban todos mirándome, menos mi hermano. Tenía monos en la cara o qué.

- ¿Piensas ir así? - Me dijo Justin.

Oh, Dios. Este chico acabará conmigo.

- ¿Qué tiene de malo? - Levanté la ceja y me miré. Era obvio que no tenía nada de malo, pero él no podía guardar la baba dentro de su boca.

- Vas a conseguir que todos los chicos te miren. - Soltó Justin una vez más.

- Ya, ¿y? - Le contestó Blake. - ¿Qué problema tienes tú con eso?

- Cierto. Bella es mayor de edad, como si quiere andar en pelotas. - Rió Debi.

- Justin, deja a mi hermana en paz. Que se ponga lo que quiera.

- Lo que le jode es que Bella, no le haga caso. - Rió Blake.

- ¡Ya basta! Preparemos las cosas, en seguida vendrá la gente. - Les dije mientras cogía unos  chetos.

La sala recobró de nuevo el movimiento de antes, menos mal, tanta atención me ponía nerviosa. La gente empezó a llegar, las copas comenzaron a rular y la música sonaba en el ambiente.

Después de unas horas, la fiesta se había convertido en una auténtica locura y nadie tenía control sobre ella. Me encontraba bailando, dando pequeños saltos mejor dicho, junto a un grupo de chicas al ritmo de una canción electrónica. No sabíamos nuestros nombres, ni siquiera podía verles el rostro. Los chicos habían contratado a un DJ, que a cada rato ponía la máquina de humo en marcha, además las luces azules no ayudaban a mi visión. Los había perdido a todos de vista, los busqué durante un rato, pero después entendí que tenía que pasarlo bien, y fue entonces cuando me encontré con ellas. 

Llevaba varias copas encima, bastantes para ser sincera. Y mi cabeza daba vueltas, no estaba borracha, porque aún sabía lo que hacía y no veía los cuerpos de tres en tres, ese es el truco chicos.

- ¡Bebe, bebe, bebe! - Gritamos todas al unísono a una chica rubia, que tenía en su mano una botella de vodka.

- ¡Vamos Rach! - Gritó otra.

Rach, como la llamó aquella chica morena, se retó a si misma a beber media botella de vodka. Así lo hizo, tenía buen hígado la muy jodida.

- No nos has dicho tu nombre. - Gritó Rach.

- Bella. - Grité.

- Me encanta. - Rió Rach.

Me presentó a las chicas, y después seguimos bailando y gritando como locas, obvio en mí, sino no sería yo. Esa fiesta se me había ido de las manos sentía que el alcohol no me saciaba, y seguía bebiendo.

- Voy fuera. - Les avisé gritando.

Salí como pude, porque ahora sí, estaba borracha. Caminé sin sentido hacia el lago, ni siquiera sabia por qué me dirigía hacia allí. Di un último trago a la copa que tenía en la mano y dejé el vaso en el suelo, casi me mato en el intento. Lo dicho, esta fiesta se me a ido de las manos.

Me senté en el pequeño muelle y cruce mis piernas. Estaba borracha, eran las siete de la madrugada, la fiesta finalizaba y yo estaba sentada, mirando las estrellas. Mucho alcohol y poca coherencia en mis actos.

𝚂𝙴𝙰𝙼𝙾𝚂  𝚂𝙸𝙽𝙲𝙴𝚁𝙾𝚂 •1• ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora