Capítulo 33. Pura luz

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PRIMER CAPÍTULO DEL MARATÓN.

Podía ser una alucinación, el hecho de que el despertado llevase más de diez minutos sonando y nadie de nosotros dos se levantase a apagarlo. Abrí un ojo, Blake no estaba, ahí el hecho de que no se levantase a apagarlo. Recorrí con mis ojos la habitación, pero aún así no logré dar con él.

Me levanté muy perezosa y abrí las cortinas, hoy el día acompañaba un poco. Me vestí y salí de la habitación después, de recoger mis cosas. Pase por casa para dejarlas y conduci hasta la universidad, como de costumbre llegaba tarde.

Mi cerebro no podía retener más información, rebosaba entre tanto texto y explicación. Salí de la ultima clase casi comiéndome la silla en la que estaba sentada, estaba muerta de hambre. Blake como siempre me esperaba al lado de su coche, donde estaba aparcando también el mío. Pase por su lado sin decirle nada.

- ¿Estas enfadada? - Me preguntaba mientras caminaba detrás de mí.

Obvio que no, solo que tenía demasiada hambre. Entre en mi coche y él me siguió, antes de que pudiera meter la llave en el contacto y poder arrancarlo él me la quitó.

- No estoy enfadada, solo tengo hambre. - Reí.

Blake casi me entierra bajo tres metros de tierra con la mirada. Me limité a sonreír, quizás evitaría mi entierro así, y sí, su corazón se ablandó un poquito. Soltó una carcajada y me devolvió las llaves.

Se acercó a mi para darme un beso pero unos toques en su ventanilla nos interrumpieron, era Mara.

- ¿Qué quieres? - Le dijo Blake, su voz sonaba fría y distante, ni siquiera parecía él.

- ¿Podemos hablar?

- Estoy con Bella.

- No, Blake ve. No pasa nada, te espero si queires. - Le dije desviando mi mirada de ellos.

Blake suspiró y salió del coche pegando un portazo. Cerré la ventanilla no quería escuchar su conversación, además de que no me importaba en absoluto. Mientras llamé a mi hermano.

- ¿Quién es?
- No seas estúpido Fred.
- ¿Hannah Montana?
- Eres imbécil.
Solté una gran carcajada.
- Te vienes a comer, acabo de salir del trabajo.
- Sí. ¿Vienes a casa?
- Nos vemos allí.

Le colgué y seguí esperando a Blake, él cual caminaba hacia aquí. En poco segundos después, estuvo sentado a mi lado, uniendo sus labios con los míos.

- He quedado con mis hermanos. - Me decía casi en un susurro.

- No sabía que tenías hermanos. - Le confesé.

Y era cierto, si me ponía a pensar no sabia casi nada de él. Solo que una chica le hizo daño, y un par de detalles más.

- Hay muchas cosas que no sabes de mí. - Me confesó él esta vez.

- Ya.

Salió del coche y se dirigió al suyo, pero antes tocó un par de veces mi ventanilla para que la bajase.

- Nos vemos luego, ¿vale?

- Vale.

Volvió a besarme y acarició mi mejilla. Se alejó, arrancó el coche y lo perdí de vista.

Conducí hasta casa, Fred me esperaba apoyado en su coche. Llevaba un traje y el cabello perfectamente peinado con algo de gomina, miraba su teléfono mientras sonreía.

- ¿Conoces a un tal Fred?

- No. Pero había un chico antes por aquí dando vueltas, no sé si será él.

𝚂𝙴𝙰𝙼𝙾𝚂  𝚂𝙸𝙽𝙲𝙴𝚁𝙾𝚂 •1• ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora