Safe With Me {Newt & Lectora} Maze Runner - Finalizada

#12 Fuera del laberinto

Corrieron; Los ojos de Thomas la observaron levemente por un momento, corriendo en medio de ambos. En como momentos antes de que pudieran encontrarla la observaron atacar sin rechistar a uno de los penitentes. Aquella navaja enterrándose entre la piel viscosa de este que soltó un sonido retumbante de dolor, claro que no lo había detenido, pero pareció que el resto de penitentes les costó retomar el camino ante la audacia de ellos para hacerles cara y atacarlo.
Era algo que nunca podría llegar a olvidar, y sabía que por esos motivos era el por qué (t/n) si era una corredora. 

(t/n) noto como pronto Thomas se deslizo en el suelo, con las manos cubriendo su rostro, no tenía que preguntar para saber que estaba llorando. Y se sentó a su lado, pasándole una mano por encima, si bien hubiera llorado también, pero sentía que no podía llorar, como si estuviera seca, o quizá era así, quizá estaba deshidratada. 

Transcurrió media hora. 

Noto el hombro de (t/n) contra el suyo, notando su respiración mucho más calmada a como era anteriormente. Sintió su piel fría, en como claramente se encontraba en un estado tan agotado como el de él, pero no se atrevió a hacer una pregunta, o mencionar eso, cuando era obvio que tanto ella como Minho eran los verdaderos agotados cuando estuvieron la mayor parte del día corriendo y continuando en la noche. 

—No puedo creer que estemos vivos — les dijo —. 

Aunque (t/n) no contesto mientras mantenía sus ojos cerrados. Thomas no supo en qué momento ella había parecido descansar, respirando con suavidad, durmiendo, aunque fuese solo un poco por esos momentos en los que se permitía bajar la guardia. 

—¿Habrá más? — pregunto —. 

—Logramos llegar a la salida del sol; si no, hubiéramos tenido diez monstruos más encima de nuestras cabezas. — contesto Minho — No puedo creerlo. En serio. Fuimos capaces de soportar toda la noche. Algo nunca visto. 

—¿Qué fue lo que hicimos distinto? 

—No sé. Es medio difícil preguntarle a un tipo muerto que es lo que hizo mal. 

Menciono, de pronto los ojos de Minho posando sobre el cuerpo de (t/n) acomodado a un lado de Thomas con calma. Pareciendo notar el agotamiento en el cuerpo de ella, en cómo sus parpados estaban cerrados, pero sabia al mismo tiempo que ella estaba consciente de lo que estaba a su alrededor. 

—Tenemos que volver — menciono Thomas, haciendo un enorme esfuerzo por ponerse de pie, el simple movimiento despertando a (t/n) a su lado —. Hay que bajar a Alby de esa pared. 

—Es imposible que esté vivo. 

—Si no vamos a por él no podemos suponer nada — contesto (t/n) poniéndose de pie —. 

Ella saco la botella con una poca cantidad de agua en su mochila, bebiéndola con prisa en esos momentos. Ante el tono pálido en el rostro de la chica la mancha del golpe que Ben le propino se hizo notar unas diez veces más prominentes. 

—Vamos ya — replico Thomas —. 

—No lo mencione antes, pero... 

Inicio Minho caminando lado a lado de (t/n) sin dejar de mirarla por el rabillo del ojo en esos entonces. Rememorando lo que vieron antes de que estuvieran los tres, cuando estaba por su cuenta, en el instante que la vieron corriendo por una de las puertas que se cerraba, escabulléndose ágilmente. Pero la clara sorpresa fue ver al penitente que quedo aplastado en contra de esta pared. 

—Mataste a ese penitente. 

—¿Si, y qué? — pregunto ella agotada, y sin ganas de hablar —. 

—Nadie había visto, y menos tenido un penitente tras de sus talones, mucho menos matarlo. ¿Cómo lo hiciste? 

—Tú mismo lo dijiste, son tontos. 

Con ello continúo caminando con prisa en mero silencio, ni uno de los dos queriendo presionarla mucho más por ahora, sobre todo cuando si Minho quería respuestas a ello tendría que ser más paciente. Si a él le dolía la cabeza, no imaginaba porque a ella no. 

—Mejor dejemos de pensar y apresuremos el paso — dijo (t/n) después de un rato —. 

Sin embargo, los cuerpos de los tres dolían tanto con el mero agotamiento que tuvieron que conformarse con una caminata lenta a pesar de la urgencia de la situación. (t/n) era completamente capaz de saber que lo único que deseaba en esos momentos era dormir, e incluso sabía que estaba a punto de poder caer en cualquier momento, tropezando con sus propios pies. 

Sujetándose contra la muralla de la pared. 

—Hey... ¿Estas bien? — le pregunto Thomas —. 

—¿Tú la vez bien? — contesto Minho —. 

—Solo estoy cansada... no es nada, muero de ganas por dormir un rato — contesto ella con burla, pero no le animo a los dos —. 

Y la miraron entendiendo realmente eso, ella se lamentaba de haber tomado un momento para dormir cuando ahora solo sentía que sus parpados se cerraban y cerraban, luchando con sus propias piernas para continuar caminando. 

—Te dije Chuck — inicio Newt —, no volverán. 

—Vámonos. 

Dijeron la gran mayoría, volteando a continuar con sus labores en el día. Dejando a Chuck de pie en soledad con su mirar persistente al interior del laberinto, pero después de un momento cedió, tenía que ir a trabajar como el resto. Sin embargo, Zart volteo su cabeza al interior, regresando al lado de Chuck sin creer lo que estaba viendo. 

—No puede ser. 

—¡Si! — exclamo Chuck con alegría —¡Si! 

Thomas y Minho caminaban sosteniendo el cuerpo de Alby entre ambos, con (t/n) caminando a uno de sus lados completamente exhausta, observando con una pequeña sonrisa al resto de sus amigos que esperaban del otro lado. Y finalmente saliendo del laberinto, en donde todos se acercaron para brindarles una mano amiga. 

—Lo tengo, lo tengo — dijo Sartén —. 

—Con cuidado — continuo Jeff —. 

Mencionaron tras colocar a Alby en el suelo. De forma inmediata Zart se encontró a un lado de (t/n), dándole un brazo para estabilizarla, mientras todos se encontraban confusos y conmocionados de ver que habían conseguido pasar una noche entera en el laberinto. 

—¿Cómo lograron regresar? 

—¿Algún penitente? — pregunto Chuck —. 

—Si, vimos uno... — contesto Thomas mirando a (t/n) —. 

E inmediatamente todos se giraron para mirar a la chica que estaba sosteniéndose gracias a Zart a su lado. Confundidos ante el silencio de los tres en esos momentos, esperando a que concluyesen lo que iniciaron. 

—Y no solo eso — continuo Minho —, ella lo asesino.