MAGIA ENTRE LETRAS {HARRY POTTER Y TU}

MI COMIENZO EN TI.

HARRY.

23 DE DICIEMBRE.

A pesar de estar con ella cada noche, no siempre hablo. No siempre la molesto. A veces, solo me quedo contemplándola, como hoy. Y así, mi mente vaga por los recuerdos, por los buenos y los malos. Y como un espiral, regreso a ella. Mentiría si dijera que fuimos grandes amigos.

En todo caso, no era de mirar mucho hacia la mesa de slytherin. Así que ella fue una casualidad. Remus Lupin me enseñó una vez sobre algo llamado efecto mariposa. El cómo algunas cosas a mediano o largo plazo tienen un efecto colateral. Y puedo entender ese efecto ahora. Él dijo que podría ser bueno o malo.

Pero que uno nunca sabía cuál sería ese. Así que aquella tarde, en esa sala vacía, comencé ese camino de pólvora que me está estallando ahora.

"Nosotros no éramos los únicos que sufríamos mientras Dolores Umbrige imponía su dictadura en Hogwarts, unos días después de que Dobby me aconsejara sobre ella, me di una vuelta en la sala de menesteres para poder ver mejor el área y conocer el espacio disponible. Y encontré algo peculiar.

Durante esos días, teníamos que mirar detrás dos veces antes de hacer algo. Siempre cubriéndonos la espalda. Aunque ese día estaba solo. Hermione se había quedado con Ron haciendo una inútil tarea que Umbrige había dejado. Yo ya no tenía paciencia para continuar con esos libros inútiles, porque ya de por sí, no era bueno para ello.

La práctica, eso era lo mío. Quería preparar lo primero que les enseñaría a mis compañeros. Pensé que la sala estaría vacía. No distinguía quien era, me di cuenta por los colores de su uniforme que era de slytherin, y pensé que todo nuestro plan estaría arruinado.

Traté de hacer el menor ruido posible, salir y buscar otro lugar para entrenar. Ya iba de vuelta, pero la escuché.

—¡circum-brota! —se les escuchaba frustrada.

La caja de madera enfrente de ella apenas y se torció un poco.

Debí moverme, salir de ahí y evitar ser visto. Pero me consternó el hecho de que ella estuviera a punto de llorar. Apuntaba su varita con ira. Con desesperación.

—¡circum-brota! —volvió a decir.

Nada pasó.

—es circumrota... — me quedé quieto un instante.

Ella brincó en su lugar y sus ojos enloquecieron buscando quien había dicho eso. Parecía inofensiva y no se veía nadie más con ella. Casi por un momento olvido que era una slytherin.

—¿Quién es? —creo que trató de sonar más fuerte de lo que fue.

Con una mano al frente y con la varita en la otra detrás de mi espalda, salí despacio hacía donde estaba ella.

Estaba muy nerviosa, lo podía ver en como parpadeaba demasiado.

—tranquila... —

No quitaba sus ojos de mí. Aquello era extraño. Creo que estaba midiendo mis movimientos.

Notó que sabía lo que estaba haciendo.

—creo que has visto mal—

—no. está bien, todos tenemos el mismo problema—

—¿y cuál es ese? —preguntó a la defensiva.

—odiamos a Umbrige—dije sin más.