PERSPECTIVAS.

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Rayita.

Mis días en esta casa están contados. Lo supe en el momento en el que Granger regresó. Y con lo que escuché anoche, es más que claro que no puedo quedarme más. Así que debo hacer un plan para mis próximos días, porque no creo tener más que eso. Lo bueno es que no tengo mucho que llevarme conmigo. Así me será más fácil moverme.

El banco me ha dado lo que cubrió el seguro de la casa. Más lo que mis padres dejaron en sus cuentas bancarias, que honestamente nunca he revisado, y los ahorros que llevaba por mi cuenta, creo que me servirán lo suficiente para rentar alguna casa pequeña. De todos modos, no necesito mucho, solo somos los elfos y yo.




Harry.

Me sorprende que, al tocar la puerta, me reciba la misma Hermione. No es porque mi amiga haya adoptado tan pronto las costumbres de los Malfoy, pero no creí que su prometido le permitiera hacer estas cosas que según ellos, les corresponde a la servidumbre.

Pero es Hermione, mi amiga de siempre.

Es increíble que estemos los dos ya tan familiarizados con este lugar.

—¡Harry! —me saluda ella con entusiasmo y al entrar, me abraza —¿vienes a ver a _______?

Ciertamente siento un poco de pena. La verdad es que, no tengo ganas de ver a nadie más en mis tiempos libres que no sea _______. Su milagrosa recuperación fue la señal perfecta de que debo estar a su lado. Tengo esta oportunidad con ella y todo va bien. Así que trato de trabajar en eso.

Pero no he visto a Hermione en meses. Solo nos mantenemos al tanto del otro por medio de cartas, aunque ella no ha contestado las mías en semanas.

—si. Pero... si tienes tiempo, también me gustaría conversar contigo un poco—

Fue como si se le iluminara el rostro. Y por un momento, me sentí como en los tiempos del colegio. Aunque falta alguien más a nuestro grupo.

—¡claro! ven aquí—me arrastro con ella a una de las salas —yo también tengo mucho que contarte—

Tomamos lugar y entonces, no supe por cómo empezar.

—entonces, ¿Cómo te fue? —

—¿Cómo te ha ido? —

Preguntamos los dos al mismo tiempo. Y ambos reímos.

—primero tu dime—le dije

En ningún momento dejó de sonreír.

—bueno, ya sabes que los encontré. No sabes todo por lo que tuve que pasar hasta dar con ellos. Estaban al sur de Australia. Hubo momentos en los que no sabía si lo lograría. Incluso pensaba en dejar de torturarme, volver con Draco, porque yo no quería abandonarlo a él tampoco...

—Hermione... perdón que te interrumpa. Es solo que... todavía no puedo creer que estés con alguien como Draco Malfoy. —

Ella resopló.

—A veces yo tampoco lo creo. Pero, aunque parezca absurdo. Siento que después de todo lo que pasó. Es algo bueno. Porque él no es como el resto de su familia, al menos ya no—parecía muy segura de lo que decía

—Y ¿Qué pasará con Ron? —

Si mi amigo causa que Hermione borre su sonrisa como lo ha hecho ahora, entonces eso me dice que no la hacía tan feliz como él cree.

MAGIA ENTRE LETRAS {HARRY POTTER Y TU}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora