MAGIA ENTRE LETRAS {HARRY POTTER Y TU}

CALMA.

Por cada vez que me voy a la cama, es un día que he vivido de forma extraña. Al menos los últimos meses. Y cuando despierto, me tomo un tiempo para procesar lo que creo que es real y lo que no. Porque a pesar de que mis sueños nos son tan constantes, hay noches en los que vuelvo a ver rostros distorsionados y escenas que he vivido.

A veces pienso que todo lo que he pasado es solo un sueño que tuve durante la noche. Pero al llegar la mañana, despierto, y el lugar y las heridas junto con este sentimiento de vacío me convencen de que no es una fantasía. Y de entre todo lo malo, también agradezco.

Es parte de la terapia, agradecer por lo que tengo. O por lo que me queda. Que de por sí no tenía demasiado. Me dijeron que debía dar gracias por lo que tengo, y por lo que no tengo también. Cosa que me costó más. Y no sé si lo hago genuinamente.

Deben de pasar de las tres o cuatro de la tarde. Con la llegada de la primavera, los días son más largos, sin embargo, lucen mayormente como un eterno atardecer. No creo haber dormido más de siete horas, pero me siento bien descansada. Tengo mejor ánimo y me siento bastante despierta como para seguir en cama.

Los elfos se han llevado lo que había dejado de la comida y han vuelto a limpiar el baño. Solo han dejado un vaso de jugo y mi dosis de la tarde. No me había dado cuenta de lo aburrido que ha estado todo esto desde que llegué.

Me levanto de la cama porque la ansiedad no me deja estar en reposo ni un minuto más. No uso zapatos en casa. El frio del suelo me ayuda con los calambres. Después de asearme un poco, me levanto el cabello. Hace un poco de calor, pero no quiero ponerme nada del armario.

Salgo de la habitación y casi pateo a Zory en el camino.

—¡ama! Zory lamenta haberle estorbado—

—no tienes porqué disculparte, yo no estaba fijándome por donde iba—

—¿la ama necesita algo? —me pregunta el elfo amablemente.

—no Zory, gracias. Solo quiero saber si Malfoy está despierto u ocupado—

—el amo está en su despacho, ¿quiere que la acompañe? —

Yo niego.

—no hace falta —

Dejo al elfo atrás y me encamino a donde la oficina de Malfoy.

Toco y el responde de inmediato.

Él se ve mucho mejor. Ya no tiene la frente inflamada y no está sangrando de ninguna parte. De hecho, se ve mucho mejor que antes. Y solo han pasado un par de horas.

Me mira y sonríe un poco. Pero en su mirada se nota ese sentimiento de culpabilidad todavía.

—¿vivirás el resto de tu vida en pijamas? —incluso su voz suena mejor a pesar de que solo hace un día le estaban partiendo la cara.

—te debo agradecer por todo lo que me has proporcionado durante mi estancia aquí, pero el guarda ropa que has elegido, bueno...—

—¿Qué tiene de malo? —me pregunta—solo lo mejor de lo mejor. Bueno, del mundo muggle claro. Por suerte no tuve que traerlo yo.

—es que... parece que quieres que interprete un personaje —

—¿personaje? —parecía confundido. Debe estar preguntándose porque estoy diciéndole todo esto. Porque no estoy reprochándole nada.

—olvídalo... ¿puedo? —le insinuó si puedo sentarme.

—por supuesto—

Deben de haber pasado solo un minuto. Pero en silencio, parece toda una eternidad.