MODALES

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No me he recuperado del todo, todavía se me nota la decadencia. Muchas veces me ando descalza por la casa. Hay días en los que no me cepillo el cabello. Y muchos más en los que me desvelo leyendo y me levanto tarde. Entonces, ojeras de media luna pintan debajo de mis ojos.

Hubiese preferido que llegaran otro día. Aunque una minúscula parte de mí, hubiese querido que no regresaran nunca. ¿Cuál fue el propósito del viaje de Granger en sí?

Me acerco despacio sin hacer ruido y pretendo escabullirme hacia las escaleras con rumbo a mi habitación, pero para ello, tendría que pasar a simple vista frente a ellos así que no tengo salida. Draco me ve y me llama antes de que pueda acomodarme el cabello o algo.

—_____, ven aquí—me llamó animosamente.

Para mi sorpresa, Granger me regala una gran sonrisa. Sus comisuras no parecen apretadas ni nada. Me está sonriendo genuinamente. Se acerca a mí a zancada grande extendiendo sus brazos.

—¡no puedo creer lo bien que te ves! —exclama mientras me arropa en sus brazos.

Luce millones de veces mejor que cuando la vi aquella noche cuando vine a cenar con ambos. Recuerdo que Draco me había dicho que ella estaba embarazada. Estoy segura ahora que solo lo había dicho para hacerme decirle sobre el paradero de Harry. Muy seguramente no volverá a bromear con respecto a ningún embarazo jamás.

No después de lo que pasó.

—gracias—digo apenas.

A pesar de no conocerla, puedo notar que de ella emana un calor de sí misma que es contagioso. No me pregunto ahora porque Harry la aprecia tanto. Es fácil que te caiga bien. Supongo. Pero me pregunto si sus invitados son igual de cálidos que ella.

—_____ —dice ella sujetándome por los hombros. Se nota que no puede más con la emoción que siento que puede romperme de nuevo la clavícula con uno solo de sus brazos—¡ellos son mis padres!

¡¿padres?!

¿Granger se había ido a buscar a sus padres? Entonces, ¿estaban perdidos?

No es secreto de nadie que Hermione Granger es descendiente de muggles.

No tengo a nadie a quien preguntarle ahora. Draco nunca me comentó sobre esto.

Los muggles parecían un poco confundidos. Miraban los eternos techos de la mansión. Pero me miraron de arriba abajo y asintieron.

—Thomas Granger, un gusto conocerla—dijo el señor —¿es usted pariente del señor Malfoy?

—no—contestó el rubio —ella es solo una amiga, está hospedada aquí.

La señora Granger volvió a recorrerme con la mirada.

—¿está viviendo con el prometido de nuestra hija mientras ella no está? —me pregunta de repente.

—ahh aq... aquí... en el mundo mágico, resulta que la mayoría estamos emparentados, así que no me resultará difícil creer que _______ pueda ser alguna prima lejana—se apresuró a decir Draco.

—mamá—le continuó Granger— _____ ha pasado por momentos difíciles. Lo único que Draco y yo queremos es que se sienta cómoda en este lugar.

Ninguno de los señores dijo nada.

—porque no llevamos a tus padres a una de las habitaciones, así podrán descansar un poco antes del almuerzo —comentó Malfoy.

Sentía claramente como estaba padeciendo con la situación.

—buena idea—agregó Granger —mamá, papá, por aquí.

MAGIA ENTRE LETRAS {HARRY POTTER Y TU}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora