MAGIA ENTRE LETRAS {HARRY POTTER Y TU}

ELLA NO DEBE SABER.

4 de diciembre. 06:01 p.m. (cinco horas después del atentado)

Malfoy.

Estuve a punto de humillarme de la peor manera, pero creo que funcionó. Después de pedirles hasta el cansancio que no me volvieran a sedar, al fin me dejaron semiconsciente. No era para menos. Apenas me han sacado de cirugía. Todo me da vuelta y estoy a punto de vomitar nada más que aire porque no he comido nada.

Tengo el brazo derecho completamente cubierto con capas y capas de vendas y unos aparatos metálicos extraños. Supongo que si no estuviera tan drogado no podría hilar ni un pensamiento por el dolor. Pero ahora, apenas y siento algo.

Las preguntas están ahí. Solo que no hay nadie a quien hacérselas. De vez en cuando se escuchan ruidos afuera. He escuchado a alguna mujer gritar. Por un momento creí distinguir su voz, pero el solo intento me deja más mareado. Como si la cama debajo de mí se balanceara de un lado para el otro.

Escucho más voces. Hombres. Debes estar detrás de la puerta. El simple esfuerzo de levantar la cabeza es una tarea titánica. Me arrepiento al instante de levantarme por dos centímetros. Sé que debo preocuparme. Sé que hay algo más que yo mismo. Mi cerebro me insiste en seguir pensando que más hay.

Se escucha abrir la puerta. Alguien camina junto a mí y mueve algo a lado mío. un segundo después siento que estoy perdiendo el equilibrio, aunque sigo completamente acostado. Pero no soy yo. Ha sido el respaldo de la cama que se ha torcido para que yo pueda incorporarme unos escasos veinte centímetros.

A pesar de escuchar voces masculinas, es una mujer la que ajusta todo y checa no sé qué en las maquinas. Es guapa. Parece muy concentrada en lo que hace. Cuando se da cuenta de que estoy despierto casi pega respingo.

—¿señor Malfoy? —pregunta como si no creyera que estoy consiente —¿se encuentra bien?

—creo... que eso debería preguntar yo —

Muchas veces contesto sin darme cuenta del tono o de la forma. Solo por inercia. Sueno grosero, lo sé. No puedo evitarlo.

Sin embargo, ella no se molesta, al contrario, me regala una sonrisa. Tiene unas escasas pecas rosáceas sobre la nariz que se obscurecen cuando sonríe. De algún modo esto me hace sentir una punzada en el estómago.

—el doctor entrará en cualquier momento—ella acomoda un poco mi almohada, se acerca a mí y continua como si estuviera contándome un secreto —ahora está tratando con tipo allá afuera. Creo que es amigo suyo. Y están a punto de llamar a lo aurores para que se lo lleven. Está causando todo un escándalo. El y la mujer.

Apuesto la buena mano que me queda a que es Theo. Siempre se preocupa en exceso por mí. Por otro lado, ¿Quién será ella?

—¿Qué mujer? —

Ella se aparta un poco, no parece que esté haciendo nada en específico. Tuerce la boca un poco antes de contestar.

—ella dice que es su prometida —dice sin mucha gana, mirando por tercera vez a los aparatos de mi cabecera.

—¿Hermione? —

Hermione es conocida en todos lados. No creo que exista alguien en el mundo mágico que no conozca su nombre. Pero esta mujer la ha nombrado como si fuese cualquier otra persona sin importancia.

—sí, creo. La amiga de Harry Potter —

No disimuló ni un poco el tono cuando mencionó a Potter. Parece que a ese si lo conoce bien. Como sea, ¡Hermione está aquí!