FALSA PIEL (PRIMERA PARTE)

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Rayita.

R: "Quiero creer, en serio, que tus intenciones son buenas, Harry. A pesar de tus actos..."

Harry: "Claro que lo son. Ya te dije que solo me aseguré de que estuviese bien"

R: "Y eso mismo no hace más que justificar mi punto de lo que te dije ayer, no puedes con el impulso de regresar con ella cada que tienes oportunidad"

Harry: "Yo siempre voy a ver por su bienestar..."

R: "Me queda claro, mira sabes que... Abstente de venir en los próximos días. Evítame la pena de no recibirte"


No dejaba de ver a través del ventanal, esperando por el ave. Inventando más contestaciones para defenderme o para atacar. Incluso clavé mi pluma sobre la mesa y le doblé la punta. Pero, el animal no volvió. Estaba furiosa. ¡no puede ser tan cínico! Ni siquiera lo dudó.

Y las planas nada más quieren tantito para avivar la llama del comercio amarillista. Aunque se contradigan de un día para el otro. Por que apenas hace dos días todos me nombraban la chica Potter y hoy, ya de eso, nada.

No voy a justificarlo por ningún motivo. Aunque sé que la empujó muy fuerte en el callejón para apartarla de mí. Pero ¿acaso irá a buscar a Zabini y le preguntará si no sufrió una lesión en el atentado? Porque estoy cien porciento segura que no.

—¡agh! —me tallé la cara con cansancio. Sé que ya no va a responder. Así que será mejor que me mueva de aquí.

¡TOC-TOC! Se escuchó la puerta.

—Adelante— Zory se asoma tranquilamente y me busca con la mirada.

—Ama Peek, el amo Malfoy quiere verla en su oficina, si es posible — el elfo ni siquiera entró por completo a la habitación.

—ya bajo Zory—


Anoche Malfoy me dejó muy inquieta. Me propuso ir al colegio. Y eso es igual de desconcertante que emocionante. Pero no sería una visita cualquiera. Iríamos en el nombre del diario. Como empresa, no como particulares. Eso quiere decir que Draco está aceptando volver a lo de antes.

Toco la puerta de su despacho tratando de disimular la emoción.

—Pasa—dice monótono. Algo que no me da buena espina.

Voy a zancada grande hasta tomar asiento delante de él.

Sacó su varita y cerró la puerta. Cosa que nunca había hecho antes desde que estoy aquí.

—¿Qué pensaste —me pregunta despacio —sobre lo que te dije anoche?

Parece indeciso, aunque lo disimula.

—Yo... quiero ir —contesté tranquila. Demasiada emoción le quita la seriedad al caso

—¿pero? —preguntó él. Supongo que cree que tengo alguna condición.

—no, no hay pero —

Él inhaló profundamente y se dejó recargar sobre su silla, cruzando los dedos de las manos.

—No va a ser sencillo. Primero tenemos que ver la forma de como llegar y luego ingeniárnosla para entrar al castillo.

—¿Cómo? ¿acaso no iremos como visita?

El sacudió la cabeza.

—No lo creo. Necesitaríamos un permiso especial.

—¿Por qué?

MAGIA ENTRE LETRAS {HARRY POTTER Y TU}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora