Rayita.
Necesito calmarme y pensar. Lo cual es raro porque creo que estoy dentro de mi propia mente.
¡Es tan pequeño!... el bebé, ¡no mi cerebro! Apenas sé cómo cargarlo. Está dormido. Doy una mirada rápida y me doy cuenta de que es un niño. Tiene unas manitas minúsculas. Me acerco su cabecita y puedo oler su cabello. Uno tan negro como la noche que lo ha traído.
Me quedo con él hasta que el amanecer nos encuentra. Y después de unas horas, empiezo a suponer que nadie vendrá. ¿Quién habrá abandonado a una cosita tan preciosa como él?
—creo que, si nadie te reclama, me puedo quedar contigo—
Él hace una muequita. Y se despereza con sus bracitos mientras se despierta. La forma en la que talla sus manos en sus ojos da una ternura que derrite. Miro alrededor queriendo que alguien más vea lo que está haciendo cuando caigo en la cuenta de que estoy sola -estamos solos-.
Mi mamá solía guardar muchísimas fotos de mi hermano y de mí de cuando éramos unos bebés. Podría apostar que estos son los rasgos de George. ¿acaso esa es mi misión? ¿Cuidar a una versión bebé de él? No es posible.
Este no es mi hermano de bebé. Mi hermano siempre ha sido rubio. Y este niño tiene el cabello negro. Ahora que lo veo mejor, con la luz del día, me doy cuenta de que no debe tener más de dos meses de nacido. No tiene dientes y se chupa el dedo.
¿y entonces? ¿Qué pasará si le da hambre? No hay nada alrededor que me sirva de alimento. El árbol donde lo encontré apenas y da un poco de sombra. Sus ramas están demasiado tiernas que no tarda en llegarme el olor a la resina.
Yo no he comido en ninguna de mis visiones. Ni siquiera me da hambre ahora que pienso en ello. Así que supongo que él estará bien. Exploramos un poco la zona y no llegamos muy lejos. A unos cuantos metros, el suelo desciende, siempre cubierto de un pasto tan verde que lastima a la vista y pica debajo de los pies. Más abajo, encontramos un arroyo.
Después de cerciorarme de que no haya ningún animal extraño en su interior, me quito un poco de ropa y me meto. La sensación del agua me estremece. Está fresca.
Es más, como una poza con poca corriente. Después, lo tomo a él y lo desprendo de su mantita. No parece sucio ni nada. Pero quiero tenerlo cerca en todo momento. La mayoría de mis visiones siempre vienen con un mal final o con un reto mortal. Así que trataré de protegerlo lo más que pueda.
Miro seguido a mi alrededor por si alguien aparece y cuando me convenzo de que estamos bien, volteo a verlo. Está muy despierto. Sus ojos tienen un tono verdoso grisáceo. No sabía que los bebés podían tener unas pupilas así.
Mojo con cuidado una de sus piernitas. A él no parece molestarle. Continuo así con la otra y le sigo con los brazos. Tiene una pancita muy adorable. Sube y baja con fuerza. Da fe de sus buenos pulmones.
—creo que no puedo llamarte bebé todo el tiempo ¿o sí? —él parece interesado en lo que digo —voy a ponerte un nombre.
Él zangoloteó las manos y se las llevó a la boca. Me costaba un poco sostenerlo así todo mojado. Me acerqué a su carita y le susurré:
—Max— se quedó quieto y alzó una mano para tocarme.
Sus diminutas uñas rasgaron mi cara.
—¿eso significa que no? —él hiso un sonido que solo puedo llamar risa de bebé.
Lo tomo como un sí.
Mantengo mis brazos a su alrededor para sujetarlo bien y de un jalón, nos sumerjo a los dos en el agua.
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MAGIA ENTRE LETRAS {HARRY POTTER Y TU}
FanfictionSEGUNDA PARTE DE "ESCRITO CON MAGIA" "PREPARATE PARA LO PEOR" ______ se juega todo al publicar una nota que la lleva directamente a la inconciencia, con tal de parar las habladurías de la gente. Harry toma una decisión que tiene que pagar. Ahora, _...