LA FUERZA DE MI PALABRA

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Rayita p.o.v.

Al final, terminé cediendo. No podía pasarme la vida andando en pijamas. Las dejaba hechas un desastre cuando regresaba de ir a mis caminatas del medio día para ver a Max. Además, que ya se empezaba a sentir el calor de la temporada y era necesario cambiarme varias veces al día.

Así que no tuve mucha opción. La ropa no era mala, es solo que me hace parecer alguien que no soy, como una más de los retratos.

Harry tocó a mi habitación cuando estaba saliendo de ducharme. Entró y me sentí nerviosa de repente. No por mi desnudez, sino porque tenía que atender el asunto del orador.

—Hoy has venido temprano —le digo acercándome.

Él me abraza y se queda así por un poco más de tiempo.

Me doy cuenta, por su pulso y su respiración, que viene un poco agitado. Me pregunto si habrá pasado algo con Malfoy antes de entrar aquí.

—¿Qué pasa? ¿estás bien? —

—mañana me toca a ir a juicio—suelta rápidamente.

Sigue tomando grandes bocanadas de aire y una fina capa de sudor le cubre la frente.

Yo me quedo un poco en blanco porque no entiendo por qué está tan nervioso.

—de acuerdo...—dije despacio —¿y qué pasa con eso?

Él se despeja la cabeza mientras me sostiene de los hombros.

—nada... no debo preocuparme demasiado... todo está bien, te tengo a ti—

Su respiración se calma, pero sigue luciendo nervioso.

—¿quieres que te traiga algo de tomar? —

Él sacude su cabeza.

—no, no me voy aquedar mucho tiempo —me besa la mano y se acerca a mí colocando su frente junto a la mía—te veré después ¿de acuerdo? —

Yo asentí y cuando estaba a punto de salir de la habitación lo llamo.

—Harry... —él se voltea —si quieres hacer esto, ¿verdad? —le pregunto con una presión en mi corazón.

Él frunce un poco el ceño.

—¿hacer qué? —pregunta.

—divorciarte de ella—





Narrador.

Era un juicio sencillo, nada que ameritara demasiados testigos o miembros de la corte. Pero como el asunto se trataba del mismísimo Harry Potter, entonces nadie quería perder detalle de aquel acontecimiento. Una treintena de personas formaban la línea de miembros de jurado.

Harry había pedido el favor de manejar esto bajo perfil. Cosa que fue casi imposible, pero al menos, pudo lograr que ningún periodista estuviera dentro de la sala del juicio. Como lo estuvieron en el juicio de _____ y Malfoy. Y cada que Harry la recordaba, se perdía en sus pensamientos que no prestaba atención en quienes entraban a la sala.

Casi pasa por alto como se acomodaba la familia Weasley, en quienes no notó ningún gesto de desagrado alguno por parte de ellos. Por el contrario, el señor Weasley, el líder de la familia, se acercó a Harry mientras los últimos individuos terminaban de acomodarse.

A el hombre ya le costaba un poco caminar bien. Su cabello anunciaba su vejez con cada cana. Se acomodaba sus prendas desgastadas. Cosa a que a Harry le importaba muy poco. Le tenía tanto respeto a este sujeto, que nunca se imaginó estar en juicio contra algún miembro de su familia.

MAGIA ENTRE LETRAS {HARRY POTTER Y TU}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora