LOS HECHOS.

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13 de marzo.

Día del juicio.

Rayita.

Draco ha dicho su versión. Que es muy distinto a como yo lo viví. Pero todo eso fue desde su punto de vista. Yo viví mi parte y he evitado decir algo estas últimas semanas en la mansión. Tal vez me hubiese servido de practica para esto. No puedo descifrar muchas de las expresiones de los miembros del jurado. No sé si le creen.

Pero los abogados no se dejan amedrentar. Apenas alguien pregunta algo agudo, ellos lo repelen con una respuesta tajante. A veces, ni le dejan a Malfoy responder. Son muy buenos en lo que hacen.

—bien —dice el ministro—ahora escucharemos el testimonio de la señorita Peek. —

—¿es necesario? —pregunta Malfoy—ella no está en la mejor condición aún.

—señor malfoy, somos nosotros los que analizaremos eso. Además, usted nos afirmó que ambos estaban en condiciones de declarar—

Con las nuevas leyes, la responsabilidad del ministerio no solo recaía en una sola persona. Si, había un ministro general, pero los demás se dividían en departamentos. Este es en particular, muy agresivo con sus casos.

Yo me siento del tamaño de una hormiga.

Uno de sus asistentes, le dice algo y él lo piensa un poco, después, se dirige a la audiencia de nuevo.

—tomaremos un pequeño receso y volveremos en media hora—

Los presentes se fueron desplazando poco a poco hacia la salida.





Nos mandan de regreso a la sala donde estuvimos antes de entrar a la sesión. Yo apenas y llego a un sillón para tirarme en el y relajar los calambres de mi pierna. Malfoy corre de lleno al baño y escucho que vomita. Y cada uno lidia con sus propios efectos secundarios. Los abogados beben algo y esperan a que Draco regrese para hablar.

Cuando malfoy está de regreso, se sienta con cuidado en otro asiento. Y cierra los ojos. Es como su forma de canalizar su dolor.

—hasta ahora—dice uno de los abogados —todo va bien, las reacciones de los miembros de la corte se han suavizado.

—creemos—continuó el otro —que con el testimonio de la señorita Peek, lograremos que se pongan más a nuestro favor. Con suerte obtendremos la condena máxima para el acusado.

Si Malfoy abre la boca, seguramente terminará de devolver el estómago en medio de todos. Así que me incorporo con cuidado, incluso uno de ellos me ayuda.

—¿Qué se supone que tengo que decir? —les pregunto a los dos.

—los hechos tal cuales, señorita peek. No hay nada en su testimonio que comprometa nuestro lado. —

Yo asiento, espero a que agreguen algo más, pero no lo hacen.

—los dejamos un momento, mi hermano y yo tenemos un asunto que atender, volveremos antes de que nos toque regresar. —

—está bien—les digo, viendo que Draco no puede ni con él mismo.


El lugar se torna un poco sofocante. No sé si salir sea buena idea. Pero hace semanas que solo estoy en la mansión, la mayor parte del tiempo, me la paso en mi cuarto. Ni siquiera a los jardines salgo. Las dos únicas ocasiones que salimos, fue a ver lo que quedaba de mi casa, y no era como si pudiera hacer mucho.

MAGIA ENTRE LETRAS {HARRY POTTER Y TU}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora