¹Secrets→Teen Wolf

21.

➤DÍA ESPECIAL.

Maya termina de acomodar su largo cabello negro y sonríe mirándose en el espejo. Éste día es muy especial para ella y muere porque lo pase sin ningún problema sobrenatural. Toma su chaqueta y se la pone, agarra su mochila y su teléfono y sale de su habitación, bajando las escaleras y caminando hacia la cocina. Al llegar, frunce el ceño al no encontrar a su madre y camina a la heladera viendo una nota sostenida por un imán donde dice que había salido temprano para ir a trabajar, que le había dejado el desayuno en el microondas y que tenga un lindo día. 

Maya se encoge de hombros, acostumbrada que su madre salga temprano y que llegue tarde por su trabajo de doctora. Desayuna con tranquilidad mientras ve una película en la televisión y cuando está lista, agarra sus cosas y sale de su casa como cualquier otro día. Se sienta en el porche, esperando a que su mejor amigo venga a buscarla.

Sonríe al pensar en lo que había pasado hace más de un día, Scott se había convertido en un alfa verdadero, su conexión estaba completa y Maya siente eso. Se encuentra emocionada, porque después de clases irá a la veterinaria a hablar con Deaton sobre cómo serán las cosas ahora entre ella y Scott, además de que le enseñará con más profundidad lo que ella es. Sobre sus poderes, reflejos y demás cosas. 

Hoy es un día muy especial.

Al pasar media hora, Maya se preocupa porque Scott no había llegado y saca su teléfono de la chaqueta, llamándolo.

—¿Hola?

—Scott, ¿cuánto te falta?

—¿Cuánto me falta para que?

—Ayer me dijiste que venías a buscarme, ¿te olvidaste? —pregunta confundida.

—Ay, dios —lo escucha susurrar—. Lo siento tanto, estaba ayudando a Stiles con un par de cosas y me olvidé por completo. Ya mismo voy por ti.

—No, descuida —lo interrumpe sintiéndose un poco desilusionada—. Me iré caminando, te veo en la escuela.

—Maya...

Ella cuelga la llamada y suspira, levantándose del porche. Acomoda su mochila en su espalda y comienza a caminar rumbo a la escuela. Nunca pensó que Scott se olvidaría de ella, pero tal vez fue por algo importante. Mira el cielo azul mientras camina y cierra sus ojos un momento, disfrutando del calor relajante que le brinda el sol, junto con la leve brisa del viento. El clima perfecto, según ella.

Al pasar diez minutos, Maya observa como llega a la escuela justo a tiempo, ya que escucha el timbre sonar con su sentido del oído desarrollado. Empieza a correr al instituto y entra, dirigiéndose a su casillero para sacar el libro de biología avanzada que había olvidado de sacarlo el día anterior. Al estar lista, se apresura a llegar a la clase y toca la puerta, rogando que la profesora no la castigue por llegar tarde, aunque solo habían sido dos minutos.