•3 | Como fuegos artificiales |

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—¿Por qué no invitas a los padres de tu novio a cenar aquí mañana?

El rollo californiano de sushi que dirigía a mis labios hace un momento queda a mitad y levanto mis ojos hasta mi madre mientras una mueca cruza mi rostro, vaya que esa pregunta no me la esperé. Frunzo mis cejas mirándola, ella se ve genuina e interesada de que al parecer finalmente tengo "novio" aunque en realidad no lo tengo y puedo asegurar eso por la manera en que me esta mirando, con una gentil sonrisa y ojos interesados.

Vuelvo el rollo de sushi al plato y llevo el vaso de agua frente a mi hasta mis labios, y bebo un sorbo; ella y yo estamos cenando solas, su pregunta me hace querer reír pero prefiero no hacerlo porque primero no tengo novio y segundo, Donovan y yo solo estamos quedando y viendo que es lo que puede surgir de allí.

Mientras el idiota de mi hermano ha llevado a su novia a cenar en uno de los restaurantes de L'Hansell Inc por su aniversario de tres años, mamá esta interesándose en mi —cosa que nunca hace cuando Aydan esta cerca— a pesar de que mamá le insistió en hacerle una cena romántica en casa, Aydan terminó negándose rotundamente en todas las oportunidades diciéndole sin querer hacerla sentir mal que eso seria vergonzoso.

Después de un momento silencio, cuando vuelvo el vaso a la mesa, respondo:

—Sus padres son divorciados —le hago saber—, ademas... no es mi novio, mamá. Él y yo solo estamos saliendo, creo... nada serio por el momento. Así que sería mala idea invitarlos.

—Evan me dijo que es tu novio.

—Evan es un idiota, mamá —ruedo los ojos; claro que seria obra de él que mi mamá este al tanto. ¿De quién más, sino?—, no puedes creer todo lo que te dice.

—Sabes, cielo —pronuncia con tono suave—, me recuerdas demasiado a tu padre cuando comenzaba a insultar a Howard por cabrearlo e irritarlo cuando se burlaba de el o simplemente lo molestaba, Evan y tu me recuerda a esa relación. Luca tenía un temperamento difícil tal cual como lo tienes tu, eso lo heredaste de el.

—Oh...—arqueo mis cejas sin palabras.

—Tu hermano se parece físicamente a él pero tu eres su vivo reflejo en imagen, personalidad, actitud y todo.

Saber cosas de mi papá siempre me va a llamar la atención, aunque mi familia paterna todo el tiempo me dice lo mucho que mi hermano y yo nos parecemos a papá, se inclinan a que yo soy su viva imagen en todo sentido.

—Es bueno parecerme a él, entonces —digo, para después guardar silencio.

Miro a mi mamá llevar un roll de sushi a su boca y yo también llevo uno a la mía, a diferencia de ella que usa los palillos para sostener los rollos, soy impaciente y prefiero comer con cubierto. Me perturba la manera en que mi madre me mira con una sonrisa pintada en sus labios, creyéndose mi mejor amiga en el mundo.

Y debería ser así, pero no lo es porque ella solo se acuerda de mi existencia cuando mi hermano esta lejos, fuera del radar y del panorama.

—Háblame de él —justo cuando pienso que el tema de Donnovan ha quedado atrás, ella decide retomarlo—, ¿Ustedes no están intimidando, verdad?

Juro que me atraganto con su pregunta y mis ojos por poco se salen de su lugar, otra vez mamá me sorprende con otra pregunta que no me espere ni ahora ni nunca; al menos no viniendo de mi madre.

—¡Por dios, mamá! ¿Qué? No, claro que no—respondo horrorizada e incomoda por esta conversación—, sigo siendo virgen ¿esta bien? Te agradecería que dejes de preguntar sobre mi vida sexual, la cual aun no he decidido explorar.

El Desenlace De Una IlusiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora