🌠🌵🌠
Apenas abro mis ojos con pereza se que me he quedado dormida después de la conversión que mantuve con Evan. Mis ojos arden y los siento hinchados, se que es por todo lo que he llorado. Tardo en acostumbrarme a la luz del día y cuando finalmente logro adaptarme a la luz que se cuela por la ventana de mi habitación con naturalidad dejo salir un bostezo ¡Mierda! ¿Qué hora es?Miro a mi alrededor, lo primero que veo es a Evan durmiendo plácidamente al otro lado, me planteo la posibilidad de despertarlo pero se ve tan sereno que lo dejo tranquilo y busco mirar mi reloj despertador; las once de la mañana con varios minutos. Oh, joder...
¿Y mi madre? ¿Por qué ella no me ha despertado para ir a clases? ¡Ay! ¿Será que vio a Evan en mi habitación? ¡Carajo, maldición! ¡Lo que me faltaba!
Me incorporo en la cama para abandonarla y estiro mis brazos hacia arriba, luego camino con pasos lentos hasta el espejo en la pared y me miro en él. Mi reflejo me hace hacer una mueca de asco: mis ojos definitivamente están hinchados, mi cabello es una maraña de pelos rubios hecho un desastre y al bajar mis ojos a mi cuerpo encuentro una serie de marcas enrojecidas y amoratadas en mi cuello que descienden y que causan que mis ojos se cristalicen.
Todo viene a mi en flashbacks y el recuerdo me hela la piel formando un nudo en mi garganta, me siento asqueada, me siento sucia. Siento el movimiento de sus manos por mi piel en contra de mi voluntad, la manera en que trataba de llegar a más... un sollozo se me escapa.
Donnovan dejó marcas horribles en mi piel que se borrarán con el paso de los días pero el recuerdo amargo y traumatizante no se ira fácilmente de mi cabeza.
—¿Ava? —escucho la voz rasposa y adormilado de Evan detrás de mi. Miro a través del espejo hacía mi cama, él esta apoyado sobre su codo y me doy cuenta de inmediato que esta más dormido que despierto—, ¿Qué haces?
Mis ojos pican, pestañeo para evitar llorar pero no logro evitarlo y comienzo a llorar en silencio. Las lágrimas deslizan por mi mejilla, mi cuerpo tiembla y Evan me mira preocupado. Tiene los labios fruncidos y una mirada de lástima que me hace detestarlo porque odio que me vean en estado de vulnerabilidad.
Y él... él...
—¿Estas bien?
Niego de inmediato, niego porque no lo estoy y decir que sí no es más que una vil mentira.
—Donnovan me iba a violar anoche, Evan —recuerdo amargamente y mi voz sale demasiado aguda para mi gusto haciendo que comience a ahogarme con la falta de aire en mis pulmones.
—Ava, ya pasó ¿si? Estas bien, estarás bien. No te hizo daño, tranquila.
—¿Quien iba a creerme si lo hacía Evan? —cuestiono sintiendo que me ahogo en lágrimas—, ¿Quién iba a hacerlo? ¡Absolutamente nadie!
—Te iban a creer, Ava. Te iban a creer porque sabes que tu no eres cualquier chica común. Tu palabra no es la de cualquiera.
Trago saliva difícilmente y trato de calmarme mientras nos miramos a traves del espejo. Me doy vuelta sobre mis pies y lo encaro.
—Me hubieran cuestionado y señalado —suelto, pasándome las manos por las mejillas—, me iban a echar la culpa de lo que paso a mi, poniendo en duda la verdad.
—No, claro que no. Recuerda que eres una Hanssem y te cuida un Slymour, no te iban a poner en duda ni una sola palabra porque eres especial. Ven, siéntate. Trata de calmarte. Ya pasó, estás a salvo conmigo, estás a salvo aquí. Yo te protejo.
Me cuesta calmarme pero después de varios minutos lo logro, ver mi reflejo me altera y hace que vuelvan los recuerdos. Tardo un momento en recobrar mi cordura, al menos un poco y cuando he logrado dejar de llorar bajo a la cocina por un vaso de agua para mi garganta seca, en la puerta del refrigerador veo una nota de mamá colgada.
ESTÁS LEYENDO
El Desenlace De Una Ilusión
Fiksi RemajaBORRADOR. Ava Hanssem y Evan Slymour lo tienen todo y nada en común: son niños ricos ¿solo ricos? No, son niños super ricos, con padres exitosos, poderosos y con legados más grandes que ellos mismos. Por eso son beneficiados y pueden hacer lo que qu...