[21] •De celos y bebidas con sustancias•

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Martes y miércoles pasan volando, entre las clases y mis entrenamientos de kickboxing por las tardes termino agotada. El jueves después de clases, me acerco a Hunter en la entrada del edificio escolar para decirle que no podré asistir a nuestro compromiso de la tarde, no objeta en contra, por suerte. Me siento estresada así que después de llegar a casa le pido a mamá que me lleve al gimnasio para entrenar una hora y antes de bajarme del auto me comenta que quizás este ocupada cuando salga así que si Evan llega a venir a entrenar —que nunca viene— me vaya a casa con él.

Asiento, bajo y me abro camino hacia el interior del gimnasio. Mi teléfono vibra con la llegada de un mensaje que al ver la pantalla encuentro con que es de Adam diciéndome si tengo planes para más tarde, le respondo que no mientras avanzo.

—¿Ava Hanssem no piensa saludar?

Esa voz la conozco.

Despego la vista del teléfono levantándola, frente a mi a al menos dos o tres metros de distancia esta el hijo del entrenador: Nash. Nash Williams es un amigo... o bueno, algo parecido a uno. El es mayor que yo,  tiene la edad de Anwar, diecinueve años. Es de cabello oscuro peinado hacia arriba y su piel siempre está bronceada, y es atractivo, pero a mi no me llama la atención. Entreno con él desde que tenía quince años, aunque el año anterior cuando se graduó de bachillerato se fue de viaje a recorrer el país tomándose unos meses sabáticos.

Observo como sus labios están alzados en una sonrisa burlona pero amable, al igual que tiene una ceja arqueada y los brazos abiertos. Dejo caer mi bolso a un lado y me apresuro en abrazarlo. No voy a negarlo, lo extrañé a pesar de que no teníamos comunicación.

—Estas más alta ¿no?

Niego sonriendo burlona. Él imita mi gesto.

—Sigo siendo enana.

—Si, demasiado enana para mi gusto —se mofa.

—¿Cuándo llegaste?

—Ayer en la noche —me responde, pasando su brazo por mis hombros para instarme a caminar.

Por un momento me olvido del bolso tirado, así que me apresuro en recogerlo para volver a su lado mientras me mira.

—¿Descubriste o conociste algo interesante?

Nash frunce los labios y sus ojos castaños me miran fijamente.

—Si, descubrí que no puedes prometerle a una chica que la veras y no verla porque entonces sus hermano te seguirán hasta que dejes el pueblo —dice con tono preocupado y con la mirada desviada al frente.

Me rio suavemente.

—Espera ¿Qué?

—Larga historia. En fin, no me quejo. Fueron meses interesantes. ¿Y tu que tal? ¿Cómo va el año senior?

Hago una mueca de fastidio.

—Sinceramente, de la mierda —respondo, él arruga el entrecejo.

—¿Y eso cómo por qué?

Lleno mis pulmones de aire decidiéndome a contarle lo sucedido desde el inicio de clases, omitiéndome algunos detalles, sobre todo los que involucran lo que esta pasando con Evan, el jueguito iniciado entre los dos. El moreno me mira y escucha atento en cada parte, cuando llego a la parte de Donnovan mi piel se eriza y un sentimiento repulsivo me recorre pero solo eso. Esta en el pasado y estoy orgullosa de mi porque no me afecta. En uno de esos momentos mis ojos dan con Evan que extrañamente se ha aparecido hoy y su mirada de vez en cuando se encuentra con la mía cruzando caminos.

El Desenlace De Una IlusiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora