🌠🌵🌠
Despertar para ir a clases me resulta todo un reto. Al ver mi reflejo en el espejo mientras me pongo el uniforme de Badlands High noto la forma en que las marcas rojizas de anoche han cambiado de color y ahora son moradas; mi cuello esta lleno de ellas y necesito recurrir al maquillaje para ocultarlas.
Maldita sea, Evan. Maldita sea...
No puedo creer que le he dado mi virginidad a Evan, mucho menos que he tenido mi primera experiencia sexual con él, joder... es que estoy loca, loquísima y se me ha zafado un tornillo de la cabeza. Parece irreal y no se como ha sucedido, pero me ha gustado y encantando, y no estoy arrepentida ni tengo remordimientos por eso. El imbécil sí sabe lo que hace, sí sabe como hacer que una chica disfrute con él y tiene habilidades extraordinarias.
Miento si no digo que me duele el cuerpo, porque de hecho, si me duele. Y siento una molestia en mi entrepierna, es ligeramente doloroso, pero es soportable y puedo ignorarlo. Dejo salir un suspiro y me muerdo el labio inferior, mi cabello lo recojo en dos trenzas vikingas y después agarro mi mochila del sillón de mi habitación mientras Sailor mira mis movimientos desde mi cama.
Abandono mi habitación después de eso y al salir al pasillo bajo los escalones de dos en dos. En el camino hacía el comedor reviso mi teléfono y encuentro unas treinta llamadas perdidas de Donnovan y unos cuántos mensajes de él.
Ay, mierda... caigo en cuenta de que falté a su cumpleaños por... bueno, no necesito repetirlo. Pero mierda, carajo. ¿Qué excusa voy a ponerle esta vez? Se suponía que sería él con quien iba a experimentar pero... ja, Evan tomó la delantera y...
¿Qué le digo ahora?
Prefiero ignorarlo, así que no abro ninguno de los mensajes ni le devuelvo la llamada, atravieso el pasillo con destino al primer comedor de la casa y me guardo el teléfono en el bolsillo del pantalón caqui. Alzo mi mirada y veo a Aydan desayunando, luce de punta en blanco con una camisa deportiva azul de Nike y sus ojos se detienen en mi cuando levanta la mirada y bebe un sorbo de un vaso de jugo de naranja.
—Buenos días, Ava —saluda, pero lo ignoro y me siento lo más alejada suyo—, ¿Cómo dormiste? Lo siento por lo de anoche, pero imagínate que te suceda algo por estar en la calle a esa hora y que estés bajo mi responsabilidad. Mamá, Howard y Nana se mueren, y yo me muero. ¿Si entiendes?
Ni siquiera lo miro, comienzo a servirme mi desayuno ignorándolo. Tomo un par de tostadas del centro donde hay una variedad de comida para elegir y sigo sirviéndome, por ultimo me lleno un vaso de cristal con jugo de naranja.
—Ava, lo hice por tu bien —Aydan sigue diciendo.
—No soy una jodida niña —le corto, untando una tostada con mermelada de fresa y doy un pequeño mordisco. Mi hermano me mira a la expectativa y en silencio, y yo vuelvo a hablar después de tragar—: y a ti solo te importas tu mismo y como quedas delante de los demás. Así que hazme el favor y no seas hipócrita conmigo, ni siquiera me hables. Que solo haces las cosas para quedar bien delante de mamá, como siempre.
—Eso no es cierto —niega. Yo le doy otra mordida a la tostada—, por al amor a Dios, Ava. Eres mi hermana menor, por supuesto que me preocupo por ti de manera genuina, por ti y por tu bienestar. No quiero que te pase nada malo, te quiero porque eres mi hermanita y...
—Ya cállate, Aydan —le interrumpo, poniendo mala cara—, no me agradas.
Un suspiro abandona los labios del rubio y se lleva el vaso de jugo hasta los labios sin dejar de mirarme. La manera en que me observa es de quien dice: no tienes remedio ni solución.
ESTÁS LEYENDO
El Desenlace De Una Ilusión
Novela JuvenilBORRADOR. Ava Hanssem y Evan Slymour lo tienen todo y nada en común: son niños ricos ¿solo ricos? No, son niños super ricos, con padres exitosos, poderosos y con legados más grandes que ellos mismos. Por eso son beneficiados y pueden hacer lo que qu...