[18] •Sofburn Deselution: El comienzo•

319 49 29
                                    


🌠🌵🌠


No soy partidaria de ir a fiestas en días de semana, pero en realidad no soy partidaria de ir a fiestas. Sin embargo, Nevae se ha montado una fiesta sin razón aparente y yo he terminado viniendo con Evan que se pasó por mi habitación como si fuera la suya propia, así, súper tranquilo y normal. Hoy le huí a Hunter de las tutorías bajo la piadosa mentira de una excusa, le dije que me dolía la cabeza y el se lo creyó. Ja, pobre iluso crédulo.

—¿Tienen todo listo para el festival de mañana? —Charlize pregunta animada, emocionada en realidad por lo que se viene.

Y es que el festival es de las mejores cosas que pueden pasar en el desierto de Las Vegas.

—¿El atuendo? Por supuesto. Me veré super sexy —le responde Nevae, de una manera más alegre.

Yo intercambio brevemente una mirada con Adam frente a mi. Me pregunto como llevará la situación referente a lo de hace unos días... ¿Es así de fácil? ¿No sentirá remordimiento de conciencia? Ella no se ve nada aturdida, parece la misma de siempre, de hecho, ni siquiera parece la morena pálida a la que Adam y yo pasamos a recoger. Me pregunto también si el resto del grupo lo sabe, tengo la sospecha de que no.

Bajo mi mirada a la pantalla de mi teléfono para ver la hora, es un poco temprano, sin embargo, a la casa de Nevae ya no le entra ni una sola alma más. Después de una hora el grupo esta totalmente dispersado y solo quedo yo en los sofás observando frente a mi como Graham se esta besuqueando con una peliazul.

Es en este momento en el que me pregunto sobre por qué carajos estoy aquí. Ni siquiera se para que salgo de fiesta si me la paso sentada en el sofá con mi teléfono entre mis manos mientras todos los demás celebran por su cuenta como los adolescentes normales que son y no plantan su trasero en un sofá durante toda la noche, justo como yo lo hago.

He perdido a Adam de vista hace unos minutos, también a Evan, la última vez que lo vi estaba bailando con una rubia de cabello ondeado. Nevae creo que esta con Sam en una de las habitaciones de su casa, los vi subir las escaleras hace más de quince minutos. Y el resto no tengo ni idea de sus paraderos, hay demasiadas personas revueltas como para ponerme a buscarlos; reconozco muchos rostros de Badlands High.

La batería de mi teléfono se esta agotando, va por veinte porciento. Bloqueo la pantalla y me coloco de pie para ir por un vaso de agua en la cocina, si es que primero logro atravesar la pista improvisada de baile que es el recibidor. Un bostezo abandona mis labios, son las once de la noche y en vez de disfrutar como el resto lo hace, solo pienso en que ojalá algún vecino se queje por el ruido y llame a la policía para que venga a detener la fiesta y darle fin.

Sip, definitivamente soy ese nivel de aguafiestas. A veces me cuestiono a mi misma porque no puedo disfrutar y dejarme llevar. ¿Hay algo malo conmigo? ¿Soy muy rígida? ¿Muy aburrida?

Aunque las luces están apagadas puedo ver el rostro de algunas personas mientras atravieso incómodamente la habitación. Me empujan y tropiezo con una chica cuya bebida se le cae al piso.

—Mira por donde vas, zorra —me dice de mala gana.

Inhalo aire profundamente y le paso por al lado ignorándola. Sigo mi recorrido hasta que estoy por llegar al umbral con paso al pasillo y la cocina; veo en una de las esquinas a Evan sentado en un sillón, sobre él hay una castaña bailándole de manera demasiado provocativa, demasiado. Mis cejas se alzan al reconocer de quién se trata. Kiara, seguramente esta demasiado ebria como para recordar por la mañana sus acciones de esta noche.

Algo en mi interior se remueve incómodo ante la imagen que veo. No sé si Evan esta disfrutando de la manera en que ella le esta bailando, tiene una expresión que no logro descifrar; mantiene una ceja arqueada e intento saber si sus ojos brillan petulantes o egocéntricos. La incomodidad me recorre sin ser bienvenida. Creo que siento asco, asco por lo que estoy mirando. No puedo apartar mis ojos, sin embargo obligo a mis pies a moverse de allí y llevarme hasta la salida empujando los cuerpos sudorosos que atraviesan e irrumpen en mi camino, algunos se quejan pero no me importa.

El Desenlace De Una IlusiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora