[16] •Escaparse de clases no es malo ¿o si?

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Lunes una vez más.

Otro lunes, aburrido y miserable lunes.

Evan finalmente se incorpora nuevamente a clases como si nada ha pasado después de su semana expulsado por culpa de la pelea que ha tenido con Donnovan. Estamos devuelta en donde las aguas están un poco calmada pero siguen corriendo con suficiente corriente como si fuera vital para los sedientos. Haiz me lleva a clases, nos lleva a ambos verdad; a Evan y a mi, aunque su expulsión terminó su castigo sigue en pie, vigente.

Durante el trayecto Evan enciende el estéreo de música para apaciguar el silencio en el vehículo, Howard lo apaga, Evan lo vuelve a encender y Howard lo vuelve a apagar, y cuando Evan vuelve a encenderlo por tercera vez y Howard una vez más lo apaga, en cuanto Evan va a volver a encenderlo solo para molestar, Howard lo regaña amenazante y entonces el resto del camino transcurre en sumido silencio.

En cuanto Haiz estaciona en el aparcamiento de Badlands High miro hacía adelante y observo como él lleva la mirada fruncida a su hijo menor. Evan esta cruzado de brazos y se encuentra completamente de malhumor, estoy segura de que se debe a que Howard no le ha devuelto las llaves ni de la Hummer ni de la Ducati; aun sigo curiosa sobre que hizo como para ser castigado a tal magnitud y quiero saber por pura curiosidad cuanto tiempo le va a durar el castigo.

La verdad es que no creo que sea mucho tiempo.

—Vuelves a involucrarte en una pelea y te juro que te mando a un internado para varones en Inglaterra. ¿Te queda claro? —Howard le advierte con voz dura, autoritario.

No duda de sus palabras ni muestra inseguridad en ellas. No puedo mirar el rostro de Evan pero estoy casi segura de que ha rodado los ojos con fastidio; él se dedica a abrir la puerta y baja con prisa sin siquiera despedirse de su padre. Frunzo los labios un instante mirando en dirección hacía donde va.

—Ava...—me llama Howard, haciendo que me vuelva a mirarle en un segundo. Esta observándome con los brazos apoyados del volante y una sonrisa afable adorna sus labios, se la devuelvo de inmediato levantando mis comisuras, es automático—, cuídate, no te metas en problemas cariño. Y cualquier cosa me avisas ¿bien?

—¿Por qué no le pones a Evan un chofer? —curioseo sin disimular mi duda, se que le molesta tener que traerlo a clases. Le escuché decírselo ayer por la noche a Anwar, había ido a su casa porque mamá me pidió el favor de llevarle una carpeta y los hallé hablando de eso en su estudio—, se que no quieres traerlo ni recogerlo. Deberías ponerle un chofer y así te olvidas de mi eso durante el tiempo que lo tengas castigado. Muchos estudiantes aquí tienen chofer, incluso tu quisiste ponerme uno ¿recuerdas?

Y en efecto, en mi primer año de secundaría quería ponerme chofer pero mamá no se lo permitió. Nunca cuestioné por qué razón se negó, nunca había pensado en eso pero ahora me da curiosidad.

El Desenlace De Una IlusiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora