Hanssem & Slymour

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Septiembre, 2009.

Londres, Inglaterra

31 años atrás

💫🌵💫

Hanssem y Slymour. Slymour y Hanssem, dos apellidos tan exóticos y únicos como fuertes y de poder. Uno proveniente de Inglaterra, el otro de Italia. Dos apellidos tan escuchados como los nombres de los miembros de ambas familias, dos familias gloriosas. Los Hanssem, que se escuchaban en cada esquina de la ciudad de Londres y una gran parte de Europa. Los Slymour, que estaban muy ligados a los Hanssem por ser, el padre de familia y cabeza de casa, un socio importante muy allegado, el más allegado e importante, sobretodo porque eran contadas con los dedos de una sola mano las familias relacionadas con los Hanssem. Los Slymour tenían ciertas ventajas y beneficios al ser considerados como parte de la familia Hanssem, ventajas y beneficios que nadie mas tenia.

Y los Hanssem eran considerados casi parte de la Realeza Europea, no tenían nada, absolutamente nada que envidiar. Los lujos, las joyas, los modales, el dinero, estar en boca de las personas y ser conocidos; eso lo tenían. Eran gente de negocios, una familia extensa y expandida por el continente ubicados principalmente en Londres y una pequeña parte en Italia, de donde eran originarios, Calabria. Una familia cuyos negocios crecían con cada día y prosperaban mas y mas.

Pero así como eran exitosos, también tenían ciertos secretos que podían explicar de dónde venía todo el éxito y la fortuna familiar.

Las dos familias gloriosas en la ciudad de Londres cenaban esa noche en uno de los restaurantes de los mismos, inaugurado hacia apenas unos días atrás y siendo el más visitado por el momento. Todo un boom, un éxito total para los ingresos monetarios de los socios: Edward Slymour y Piero Hanssem. El menor del clan Hanssem por los momentos y el favorito de su nonna, un rubio de diecisiete años que vivía demasiado amargado y obstinado para su edad, bajo la custodia y el techo de sus abuelos desde la trágica muerte de sus padres a sangre fría en Italia, en la región de la cual eran originarios, Calabria, cuando él era un niño de cinco años de edad, blanqueó sus ojos rodándolos con fastidio mientras le daba un sorbo a la copa de vino que acababa de servirse, era su segunda copa de la noche antes de la cena, Brunello di Montalcinoun, un tinto por excelencia cosechado directamente desde la región Toscana.

Estaba, por mucho, obstinado de encontrarse allí y aunque su más allegado, el hijo mayor del clan Slymour, apenas unos meses mayor que él, estaba esa noche allí, sentado a su izquierda y molestándolo cada cinco minutos hasta hacerlo irritar colmando su inexistente paciencia, esa no era la razón por la cual estaba con un humor del demonio «pero el siempre estaba con humor del demonio» el que su abuela, Nana Hanssem, aunque el prefería llamarle nonna, lo hubiese arrastrado a regañadientes hasta el lugar, si lo tenía así.

—Entonces, Luca... —llamó su atención el señor Slymour, dejando de beber de la copa de vino y poniéndole su atención al promesa de Los Hanssem—, ¿Cómo van las clases con la institutriz privada?

—Ah, eso —amagó el rubio mas pequeño con voz vacía. Sentía ansiedad, quería fumar un cigarrillo y quizás un porro también—, la puta institutriz es una mandona. No puedo esperar el puto día en que finalmente deje de darme clases porque no la necesito mas. No la necesito, realmente.

—¡Luca! —reclamó su abuela—, tus modales, cariño.

—Debería castigarlo por ser un maleducado grosero —Howard, el hijo varón del matrimonio Slymour, había dicho con cierta burla oculta en su tono de voz cargado de seriedad.

—Jodete, Howard. De verdad —Luca dijo, fastidiado.

Estar allí le fastidiaba. No hablaban más que puras mierdas y planes futuros «A la hora de comer no se habla de trabajo» había escuchado a su nonna decir en algunas oportunidades.

El Desenlace De Una IlusiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora