[27] •Billonario y realizado a los dieciocho años•

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Los días de clase transcurren y avanzan más rápido de lo que me espero.

El veintisiete de octubre llega dandole paso y bienvenida al cumpleaños de Evan y a la fiesta de cumpleaños que Sam todos los años desde los catorce le organiza. Fiesta que termina siendo un éxito lleno de adolescentes ricos, clasistas, ebrios y drogados hasta olvidar sus nombres y quienes son.

Este año no será la excepción, después de todo, es su cumpleaños numero dieciocho y Sam es el rey de las fiestas en todo Badlands High, lo que significa que este año no será la excepción a años anteriores.

Bajo al comedor para desayunar antes de ir al último día de clases de la semana, es viernes. Escucho la voz de mi mamá hablando mientras suelto un bostezo y cruzo para atravesar el arco del comedor. Tengo sueño y quiero seguir acostada en la comodidad de mi cama pero se que mamá no me lo permitirá. En mi panorama aparece Evan, esta sentado en una de las sillas del comedor con un pastel de chocolate de dos niveles frente a él, a lo largo de la mesa hay una variedad de desayuno digno de reyes. Sam y mamá también están en la mesa.

«Genial» pronuncia mi subconsciente con sarcasmo.

—Desayunare algo en Nevadella's. ¿Puedes llevarme a clases, mamá? —le pregunto, ignorando la presencia de ambos idiotas.

—Yo puedo llevarte —Evan se ofrece con fingida alegría. Vuelo mis ojos hacia él y veo como mantiene una ceja arqueada en mi dirección—, ¿No se te olvida algo? ¿Cómo decirme feliz cumpleaños?

—¿Debería? —cuestiono, acercándome a la mesa para tomar una tostada de uno de los platos.

—Sería un buen regalo —chasquea, tomando un vaso de agua de la mesa—, aunque tu sabes que es lo que quiero.

Dejo de mirarlo y llevo mis ojos a mi madre.

—Mamá, ¿Vas a llevarme o no?

—Tengo algunas cosas que hacer aquí en la casa, cariño —me responde tranquila con sus ojos puestos en mi—, puedes irte con Evan. O si Howard no ha salido de su casa puedes pedirle que te lleve a clases.

—Mi papá no está en casa —informa el castaño.

Blanqueo la mirada rodando mis ojos con fastidio.

—Perfecto —digo entre dientes y sonrío amargamente, yéndome a sentar en la mesa para desayunar sin tener más opción.

Aprovecho para robar una porción del pastel de chocolate a primera hora de la mañana escuchando a Evan quejarse de su pastel y ruedo los ojos ignorándolo, Sam también se sirve una porción y Evan es el ultimo en agarrar. Mi mamá se retira de la mesa y dejo salir un suspiro llevando un pedazo de chocolate a mi boca, mi mamá es una experta haciendo postres y los pasteles de chocolate no son la excepción a sus delicias.

Después de un par de minutos cuando terminamos de desayunar, salimos de casa y voy con Evan a clases sabiendo que no tengo opcion, es muy temprano para escuchar a Drake en el estéreo y por eso cuando Evan enciende la camioneta bajo el volumen de la radio. Sam es el primero en irse y el primero en llegar a la preparatoria, cuando Evan aparca la camioneta en el estacionamiento me apresuro a bajar.

Holt en economía espera por mi... bueno, por nosotros.

Me voy a mi casillero por el libro de la clase y después me voy hacia las escaleras para subirlas con dirección al aula correspondiente. Al llegar a mi destino y entrar al aula, observo como la mesa en la que esta Evan, se encuentra rodeada de varias estudiantes. Reconozco entre ellas a Lindsay, la capitana de las animadoras, esta sentada al borde y lo mira coqueta, y ruedo mis ojos yendo hacia, a mi sitio de siempre, pero me encuentro con que esta ocupado por una pelinegra de pecas en su rostro. Una vez más, blanqueo la mirada. El resto de chicas hablan con Evan, felicitándolo y preguntando por su fiesta de cumpleaños de esta noche.

El Desenlace De Una IlusiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora