El Desenlace De Una Ilusión

•10 | Sin sentido ni lógica, conseguir soluciones a las tentaciones |

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Me dije a mi misma que lo sucedido el jueves por la noche con Evan, el perder mi virginidad con él y toda la cosa es algo que definitivamente no se volverá a repetir. A pesar de que fue increíble y magnífico, no lo volvería a repetir, no tendré más sexo con él porque ¡O sea, hola, es Evan! Lo que lo vuelve cosa de una noche y ya, que esta vez, mantendré mis limites y no se repetirá.

Me dije a mi misma que ha sido todo causado por culpa de las hormonas revolucionadas en conjunto a las sensaciones que Evan me causó, pero que eso ha sido todo: primera y ultima vez.

Me dije que había terminado lo que no inicié con Evan cuándo nos besamos en su camioneta hace tres semanas y después tuvimos sexo por primera vez hace dos noches.

Me dije...

Me digo...

Pero mi ropa en el suelo de su habitación dice algo diferente.

Y sus besos hacen que mi mente se desconecte por completo, haciéndome sentir derretir debajo de su cuerpo. Es afrodisíaco el nivel de energía que mi cuerpo tiene para ofrecer mientras nos besamos intensamente, para comenzar ni siquiera recuerdo como es que he terminado en su habitación, lo único de lo que soy consiente ahora es de que jamás creí ni paso por mi cabeza experimentar esta serie de sensaciones que Evan provoca en mi cuerpo.

Estas reacciones naturales que surgen cuando presiona su cuerpo contra el mío dejándome sentir lo duro que esta, un gemido traicionero abandona mis labios contra su boca y las oleadas de placer invaden mi cuerpo causándome estremecimiento a cada momento, deslizo mis manos por sus brazos y las bajo sintiendo la piel tibia de su abdomen desnudo. Me siento estar demasiado alto con las sensaciones y la excitación que no puedo pensar en nada más que no sea cuanto lo deseo justo ahora. Y se que es mutuo porque Evan se incorpora sobre sus rodillas en medio de mis piernas y se detiene a mirarme un instante, o más bien, a admirarme en un momento de silencio entre ambos.

No hay nada más que nuestros corazones latiendo con fuerza y respiraciones entrecortadas, verlo así, con el verde esmeralda de sus ojos brillando por el deseo de tenerme y el cabello totalmente desordenado a causa de las veces que le he pasado mis manos. Mi vientre se contrae con una facilidad increíble y él se acerca una vez más, su frente roza la mía y le veo esbozar una sonrisa ladina, maliciosa y su boca se cierra sobre la mía después de eso; continua besándome con una magnitud de muerte lenta. Es dador de un beso húmedo y lento que por un instante me desconecto por completo de mi alrededor y olvido todo, absolutamente todo.

No se que estoy haciendo —si, si sé perfectamente— y no puedo controlarme, no quiero controlarme.

—¿Qué estas esperando? —insinúo con un deje de queja queriendo avanzar más.

Evan se demora en todo para hacerme sufrir, su intención es muy obvia. La sonrisa socarrona y maligna sigue en sus labios, y no se si quiero golpearlo o besarlo, creo que cualquiera de las dos me vendría muy bien este momento.

—¿Me quieres adentro de ti? —pregunta. Su voz saliendo ronca, divertida y baja con un tanto de ironía solo logra hacer que todo en mi interior cobre vida, un cosquilleo recorriéndome demuestra mi vulnerabilidad en este momento.

—¿Por qué eres tan imbécil? —alzo mis cejas y un segundos después ruedo mis ojos.

El quiere que lo admita, que admita que lo deseo y lo quiero en este momento. El poco orgullo que me queda en este momento de debilidad no puede darse a torcer.

—Podrías decirlo y bien que seré todo tuyo. Con mucho gusto —dice con voz modestia—, vamos, preciosa.

Sus labios rozan los míos una vez más pero no se tocan y el movimiento es desesperante porque quiero la calidez de su boca en la mía en conjunto a todas las sensaciones que vienen de la mano con besarlo. Así que doy el paso contra su sonrisa, desliza una mano por mi pierna dejando caricias que se sienten como fuego al simple toque dejando su rastro.