💞Capítulo 36💞

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POV Laxus. 

Vi como Erza arrastraba fuera del gremio a un Jellal algo aturdido. La escuche murmurar algo de una pastelería. Gajeel y Natsu también se llevaron a sus chicas. 

Por mi parte me quede viendo como Mira atendía a la barra. No sabía a quién decirle para que la remplazará. Cobra se había llevado a Kinana de viaje así que no tenía ni idea de a quien dirigirme. Deje pasarlo por un rato mientras ubicaba a los miembros de Raijinshuu.

—¿Qué ocurre Laxus? Por cierto felicidades por ser elegido como candidato.— Evergreen dijo.

—Gracias Ever. Necesito que me hagan un favor en estos dos meses—

—Lo que sea, siempre seremos los Rainjunshuu— Respondió Bixlow y los demás asintieron de acuerdo a él.—

—Vigilen a Mira, tomen turnos cada uno pero por favor no quiero que se quede sola mucho tiempo— Tenía miedo de que los que iban tras los libros, supieran de ella y quisieran usarla para evitar que selláramos los libros. El abuelo decía que no habían llegado a Magnolia y que cuándo nos encontrarán estaríamos lejos de aquí pero aún así, me preocupaba. Era mejor prevenir.

Noté que se me quedaron viendo extrañados, aún así afirmaron que se harían cargo de ello. Freed me dijo podría poner runas al rededor de mi casa para que nada ni nadie que quiera hacerle daño pasara. Se los agradecí de todo corazón y luego me acerqué a Laki. Mientras hablaba con ellos la vi de reojo y en seguida supe quien podría cubrir a Mira en la barra, después de todo ya se estaba haciendo tarde y no habían muchos miembros en el gremio. Ella acepto con gusto, sabía que lo entendería. 

_Mira ¿podemos ir a casa? Laki dijo que se haría cargo de la barra—

Ella se me quedó viendo un rato antes de sonreír y asentir hacia mi. Vi como recogía su bolso y después se encamino a la salida. La alcancé y caminamos hacia nuestro hogar.

Estaba un poco nervioso, ella no había dicho mucho desde que llegamos. Dijo que prepararía la cena y me mando a tomar una ducha. Después de ello anunció que ella se daría una y no ha vuelto a decir nada. 

—¿Mira, estás bien?—

—Sí ¿por qué?—

—Bueno no haz dicho casi nada desde que llegamos—

—Tú tampoco— Me dijo con una de sus típicas sonrisas... Ahh estaba jugando conmigo. Me reí de buena gana por su respuesta. 

—Quería disculparme contigo. No quería que pasáramos los primeros días o meses de nuestra boda separados. La noticia del examen nos tomo por...—

—Vamos Laxus, creí que me conocías lo suficiente para saber que mi inteligencia es mayor a eso. Al menos yo te conozco lo suficiente para saber que esa cosa del examen es una mentira. Parecías muy tenso cuando salieron de la oficina. Ese tipo de noticias te emocionaría aunque sea un poco—

Me le quedé viendo con asombro, claro que ella sabría algo, no era ni una pizca de tonta.

—No me veas así, de hecho estoy segura que las demás chicas también sospechan algo. Levy y Lucy no dijeron nada pero note sus miradas, sé que se meterán más en el tiempo que les va a llevar volver pero de que sospechan algo es seguro. Erza al igual que yo, respetamos mucho al maestro como para decir algo.—

—Mira yo...— Intente replicar. ¿Todas se dieron cuenta de que era una mentira?. No me dejó terminar.

—Esta bien Laxus, no tienes que decir nada sólo... Te pido que tengas cuidado, no se donde vayan a ir, pero cuídate.— 

Después de eso, sentí como pasaba sus brazos por mi cintura. Ni siquiera me di cuenta en que momento se acerco. Le devolví el abrazo antes de levantar su rostro y darle un beso. 

—Te amo Mira, eres lo mejor que me pudo pasar—

—Yo también. Eres la mejor decisión que he tomado— 

Después de eso, nos enfrascamos en una de nuestras tantas noches de placer.

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POV Jellal.

Al fin llegamos a casa, Erza me había arrastrado a una nueva pastelería que al parecer tenía la mejor tarta de fresa. ¿Qué le iba a hacer? Amaba ver su rostro de emoción hacia su pequeña debilidad. A veces me parecía gracioso su reacción hacia esa debilidad, pero valoraba mi vida como para saber que me mataría si me atrevía a burlarme. Era menos agresiva conmigo, pero con su excesivo gusto por las tartas de fresa aprendí a no meterme de la peor manera.

Decidí preparar la cena en lo que guardaba sus pasteles y un poco de despensa que habíamos comprado, luego la mandé a bañarse en tanto terminaba. Me costó un poco que aceptará, pero al final cedió. A ella le gustaba cocinar desde que se enteró de su embarazo, había comprado libros de receta y le gustaba probar. Los primeros días fueron un desastre pero ya había mejorado. 

Cuándo salió de la ducha me hizo ir a bañarme a mi, en lo que se encargaba de poner la mesa. Mientras me duchaba pensé en cuánto la iba a extrañar. La conocía lo suficiente como para saber que si aún no había sacado el tema del examen a colación era porque sospechaba que era una treta para algo. También había notado preocupación en sus ojos cuándo salió de ducharse, pero en seguida se recompuso. ¿Qué le diría? Ambos eramos un libro abierto para el otro y no podíamos mentirnos. Fue un misterio como logré despistarla hace 4 meses para pedirle matrimonio. 

Cenamos platicando un poco de como se alegraba de que Gray al fin estuviera madurando como para pedirle matrimonio a Juvia y cómo creíamos que sería la dichosa propuesta. Ya estábamos en la cama cuándo al fin el tema salió a colación. 

—¿Es algo muy peligroso?— La escuché preguntarme. Me alegre enormemente estarle abrazando de espaldas porque sino, hubiera visto mi cara de sorpresa ante su pregunta. Ya sabía a que se refería.

—Sabes que no te dejaré sola criando a este pequeño inquieto— Le dije en su lugar, mientras le acariciaba su vientre sintiendo las pataditas de nuestro bebé. Nos habíamos enterado hace una semana que sería un niño. 

—Estarías en un gran problema si te atreves— Me reí un poco por su respuesta y le dí un beso en su cabello.

—Lo se. Soy muy cobarde para enfrentarme a tu furia así que no te preocupes porque no me atreveré— 

En ese momento la sentí removiéndose para girarse, deje de abrazarla para ayudarla a ponerse frente a mi. Leí su preocupación aún en sus ojos, sabía que estaba esperando a que dijera algo más. No podía, mejor cambié el tema hacia uno que nos sacaría la preocupación, al menos por esta noche. 

—Me gustaría que se llamará Simón— Le dije antes de darle un pequeño beso. Al separarme vi su rostro de sorpresa.

—¿Me creerías si te digo que pensaba lo mismo?— Y Claro que le creía. Veía la emoción en sus ojos. Le sonreí.

—Por supuesto. Es alguien a quien le debemos mucho. Estoy seguro que este pequeño será tan valiente como él ¿no lo crees?—

—Sí, y hermoso como tú— Vi las estrellitas en sus ojos al imaginarse a nuestro pequeño.  Le volví a sonreír antes de besarle. Sentí como envolvía sus manos detrás de mi cabeza para acercarme más y yo la acerqué por la cintura con cuidado de no aplastar su vientre. El beso se estaba volviendo apasionado y ambos sabíamos como terminaría.

—Te amo y esperó que no se te ocurra abandonarnos— Me dijo cuando nos separamos antes de jalarme a otro beso. 

—Jamás— Le respondí mientras bajaba mis besos hasta el punto sensible en su cuello. 

Terminamos haciendo el amor, dónde sentí toda su preocupación por mi. También estaba asustado de que esos tipos la encontrarán pese a lo que dijo el maestro. No obstante, trate de transmitirle toda la tranquilidad posible a través de mis caricias. Prometiendo a través de mis besos que estaría aquí para ella y nuestro bebé por mucho tiempo. 


Nuestra historia de amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora