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ESPERANZA 

ADAM


Ha pasado un día entero en el que no he podido verla. Su padre me ha pedido pasar tiempo a solas con ella y lo he respetado. Es lo correcto, por más que me muera de ansiedad el no estar con ella. Pero, no quita que me haya quedado todas las horas sentado en la sala de espera. No me he movido de este puto hospital desde que todo esto comenzó. Siento que ya huelo a desinfectante. 

Alguien sacude mi hombro con fuerza. Despierto de un salto, asustado. Observo el reloj de pulsera: cuatro y dieciséis de la mañana. 

Antes de que James pueda decirme nada, le pregunto, asustado:

—¿Qué pasó? ¿le ha pasado algo? ¿está bien? 

Apenas me sostengo. Estoy cansado. 

—Hay un corazón —dice. 

Parpadeo con fuerza. 

—¿Qué? —pregunto con la mirada borrosa, todavía. 

—Han llamado del presbiteriano de Nueva York. ¡Hay un corazón para Hannah, Adam! —Sus palabras salen tan rápido que no alcanzo a desmenuzarlas, pero en su rostro hay alivio y felicidad mezclada con pizcas de temor por lo que todavía resta. Sin decir nada, me coge los hombros y me abraza. 

Y ahora, es mi corazón el que late tan fuerte que duele. 

No puedo respirar. 

¿Es real?

.

.

Continuará

Fuera de contrato - EN FÍSICO A PARTIR DEL 18 DE AGOSTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora