50

4.4K 416 21
                                    

EL CIELO ES EL MAR

HANNAH


No hay túnel ni una luz. Solo agua. Un océano y un cielo cuyos límites no existen.

Se siente tan bien estar aquí, es todo en lo que puedo pensar. En lo fresco de la brisa y en el silencio de las aguas. En los rayos del sol y en el sonido de mi propia respiración perfecta. Una parte de mí quiere hundirse; Otra, quiere despertar.

—Mujer de veinticinco años —Es la voz de un hombre. No lo conozco, pero suena a un hombre seguro y con autoridad —. Dificultad para respirar. Sufrió un síncope. Pulso rápido e irregular.

Alguien le responde. Muchas personas hablan. No logro entenderles a todos.

—Es Hannah Montgomery —dice una mujer —. Está en lista de espera para un corazón. ¿Qué le suministraron?

Quiero abrir los ojos, pero no puedo.

«¿Dónde está mi hermano? ¿por qué no escucho a mi hermano?».

—Cinco de adenosina.

«¿Alguien puede decirme donde está mi hermano? Es pequeño, no lo dejen solo».

—¿¡Qué hacen ahí parados como niños que no saben que hacer!? —Grita alguien, también es hombre

«¿Por qué gritan?»

Las voces parecen provenir de todos lados, de ningún lugar en particular. Mi cuerpo está flotando en un océano. Un océano tranquilo, piadoso y sereno. Las aguas me abrazan y se siente bien.

Algo suena. Es una alarma irritante. «¿No pueden apagarla? Estoy tratando de relajarme».

—Saturación de oxígeno en ochenta y bajando —Es una mujer. Se parece a la voz de la señora Penny.

Pero, no hay personas aquí. Solo agua que se mezcla con el cielo en algún lugar cuyos límites no existen. El sol brilla en lo alto, justo sobre mí y la piel no me quema. Es perfecto.

—Tiene insuficiencia.

—Intubación, Ross —«¿Quién es Ross?»

«Oigan, estoy respirando, puedo oler el mar, ¿por qué me van a intubar?»

Me gusta este lugar. Flotar en medio del océano es tan tranquilizador.

«¿Le pueden decir a Haru que lo veré después? Díganle que todo estará bien, repítanle eso unas diez veces y terminará convenciéndolo. No sé por qué, pero eso siempre resulta».

Las voces ya no se pueden oír. ¿Será que se han ido?

Mi cuerpo ya no duele.

Mi cabello nada junto conmigo y mi piel se siente suave. Podría pasar la vida entera aquí y sé que nunca moriría.

¿Será posible descansar un momento más?

—Fibrilación —Joder. Ahí está de nuevo esa voz —¡Fibrilación, doctor!

«Déjenlo», quiero decir.

Mi cuerpo no está cansado.

No me duele el pecho.

Respiro bien.

«Dejen que fibrile. Dejen que se detenga, yo estoy bien aquí».

—Comprensiones y carguen a doscientos —Ordena alguien.

«No, no inicien comprensiones. Estoy bien».

Quiero dormir.

«¿Saben hace cuanto que no duermo tan bien? El océano está tranquilo».

Fuera de contrato - EN FÍSICO A PARTIR DEL 18 DE AGOSTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora