Sympathy for the devil ━━ [Finalizado] 《6》

7. Ella, es mía (Borrador)

Pocos minutos después de surcar por el aire, Doflamingo llevó a (Tn) a un establecimiento de aguas termales.
Ella se veía emocionada, estaba teniendo el mejor día de su vida sin lugar a dudas, y estaba embelesada por el paisaje que se veía desde lo alto de la montaña, hasta lo bajo de la ciudad.
Le fascinó ver los pétalos de cerezo cayendo, personas disfrutando, mesas bajo las sombras de los árboles, con familias sentadas al rededor...

Doflamingo descuidó su mascota por un breve instante mientras hablaba con el dueño del lugar, y eso fue todo lo que se necesitó para perder de vista a la inquieta ardilla que comenzó a explorar los alrededores. Caminó distraída y tropezó con este hombre alto, ojos verdes, penetrantes y muy bellos.

—Lo siento señorita, ¿se ha hecho daño? —preguntó muy amable al ayudarla a ponerse en pie—. Soy muy torpe, por favor perdóneme. —habló dedicándole toda su atención al rostro de la muchacha.

—No, soy yo quien debe pedir perdón. Lo siento me distraje. —sonrió muy simpática.

—Wow, esa es una bella sonrisa, espero que mi atrevimiento sea perdonado, pero pienso que usted es realmente hermosa.

—¡Lo es! Pero ella es mía... ¡piérdete! —habló Doflamingo acercándose a ellos, se veía muy molesto y con el ceño fruncido.

—Yo... —el muchacho reconoció al rubio y no quiso problemas con él—. Perdone, Doflamingo—sama. —se inclinó un poco para mostrar respeto. Le dedicó una última mirada a la muchacha, y no esperó por otra advertencia. Caminó a paso apresurado y se alejó del lugar.

—Doffy, no tenías que ser grosero. Fue muy amable.

—¿Amable? —cuestionó visiblemente molesto.

—Sí.

—Amable es mi gana de romperle la cara.

—¿Porqué? —preguntó confundida.

—Te descuido un momento, un... momento..., ¿y ya estás coqueteando con alguien?

—Aahhg... —rodó los ojos y se cruzó de brazos—. Eso no es coquetear. —alegó con descontento.

—¿En serio? —frunció el ceño aún más, hasta que se le veían muchas venas remarcadas y palpitantes en su frente—. ¿Qué es coquetear entonces?

—Pues... —Con una bocanada de aire y una expresión de molestia, (Tn) respondió—: Lo que tú haces cada que una mujer te sonríe o se te acerca.

—Aaah... —enarcó una ceja y preguntó—: ¿Estás celosa?

—Tsk.

—Vaya.. —se puso de cuclillas y sonrió muy travieso—. Creo que he consentido mucho mi mascota. Se ha vuelto toda una malcriada.

—Tsk.

—¡Pagarás por tu insolencia ardilla rebelde! —la tomó de la cintura y la besó a la fuerza.

—Dof... —trataba de negarse, pero terminó cediendo.

Mientras la besaba, Doflamingo le levantó el vestido y la nalgueó. Ella liberó un pequeño gemido y él cortó el beso.

—Recuerda tu lugar Ardilla. Eres mía, no tienes permitido hablar o coquetear con otro hombre que no sea yo, ¿entendido?

—Yo... —habló nerviosa. Sacudió su cabeza y aclaró su garganta—. Humph... —articuló inconforme y se soltó del abrazo de Doflamingo—.  ¡Pues no!

—¿Cómo que no? —preguntó con algunas venas alteradas en la frente.

—Tú sólo juegas conmigo.