17. El festival de la muerte (Borrador)

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Doflamingo y (Tn) se habían pasado la tarde en la colina contemplando las flores de cerezo. Era de noche ya, y lo que seguía era el espectáculo de los fuegos artificiales; lo mejor de todo es que ellos tenían la vista perfecta hacia el lado opuesto de la concentración de personas bajo los arboles, que era donde se llevaría a cabo la presentación de hanabi (fuegos artificiales).

—Ardilla...

—¿Sí?

—Te amo. —dijo apretándole la nariz.

—¡Au! —se quejó al ponerse de pie y arrojarse sobre Doflamingo, quien estaba sentado sobre la manta—. ¡Yo tammeén fe amm! —exclamó hablando distorsionado. Sus dientes estaban ocupados mordiendo la oreja de Doflamingo.

—¡Aaaah! ¡Aaaaah! —se quejaba queriendo desprendérsela—. ¡Ardilla rabiosa! —exclamó al momento en el que empezaron los fuegos artificiales. Fue la oportunidad perfecta para quitarse de encima al embravecido animalillo que lo acababa de morder. La colocó sobre sus piernas y ella observaba emocionada.

—¡Es hermoso!

—No, hermoso es tenerte en mi vida, ardilla. —Ella levantó su rostro y echó su cabeza hacia atrás para poder verlo y sonreírle.

—Aw, alguien está muy rom... —no pudo finalizar su frase cuando fue interrumpida por un movimiento brusco que Doflamingo hizo.

Sora no michi —vociferó al tomarla en sus brazos para rápidamente engancharse de las nubes—. Kumo no Sugaki —añadió Doflamingo. Al crear una telaraña para proteger a (Tn) de cualquier proyectil que fuese lanzado contra ella, y a la vez permanecer parado en el aire, mientras escudriñaba los alrededores desde la altura.
«Un dardo podrá cruzar las aperturas de la telaraña». Pensaba mientras sus ojos se ocupaban de examinar el area.

—Doffy... ¿qué pasa? —preguntó alarmada.

—Alguien quiso atacarte. —respondió al mirar entre sus dedos pulgar e índice, un pequeño dardo que había atrapado en el aire, centímetros antes de que este alcanzara la garganta de (Tn).

—¿A mi? ¿Por qué?

—Alguien que tiene algún asunto pendiente conmigo, y al parecer ya saben cómo hacerme pagar. —dijo serio, sin parar de buscar con su vista. Debía localizar a quien fuera que se haya atrevido a atacar a su ardilla. De pronto, Doflamingo no atrapó uno o dos, sino cinco dardos desde tres direcciones distintas, pero esta vez, él logró ubicar dos de los atacantes—. Lo siento ardilla. —se lamentó al saber que no tenía más opción que actuar.

—Doffy... —musitó un tanto nerviosa por la situación.

La cargaba con su mano izquierda, y ella lo abrazaba del cuello, temía por lo que seguía, pero dudaba que hubiese manera de salir de esa situación solo "hablando".

Doflamingo sabía perfectamente lo que debía hacer, y nada le importaba más que la seguridad y la vida de su ardilla. Haría lo que fuera para protegerla, aunque quizá ella acabase viéndolo como lo que realmente era..., un monstruo.

—Ardilla, cúbrete los ojos. —le pidió sonriente. Ella asintió al verlo decidido. Supo que su miedo se había vuelto realidad. No quería que Doflamingo matara a nadie, pero era justamente lo que estaba a punto de suceder—. Perdóname ardilla, pero... esto es lo que soy. —dijo lleno de temor porque ella lo odiase—. Overheat! —exclamó al sacar un látigo hecho de hilos condensados de la palma de su mano. Al instante, lanzó su ataque acertando con uno de los tipos que les agredieron, hecho que hizo que los otros dos intentaran huir.
La gente entró en pánico y empezó a correr tratando de escapar del fuego cruzado.

Sympathy for the devil  ━━  [Finalizado] 《6》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora