Sympathy for the devil ━━ [Finalizado] 《6》

38. ¿Ser o no ser? (Borrador)

Con una gota de sudor brotándole de la sien, Crocodile observaba a su "inocente" burbujita prendida de la oreja de Doflamingo, mientras este intentaba quitársela de encima. No podía creer que su linda, afable, y dulce niña, en realidad fuese tal cual el flamenco inútil la describiera cuando ella se molestaba.

 «Entonces mi frágil burbujita... ¿es una ardilla rabiosa?» 

Decidido a pasar desapercibido, Crocodile se dio la media vuelta intentando de huir de la situación antes de que fuera demasiado tarde, no era como si tuviese intención de compartir responsabilidad con Doflamingo, no, ese inútil se lo merecía por haberle arrebatado a su hija.

«No estoy aquí, no estoy aquí, no estoy aquí», pensaba al agacharse para ocultarse detrás de Gladius, Mr.1, Mr.2, Giolla, Monet y Violet, quienes estaban presenciando un hecho tanto gracioso como increíble, ya que la ardilla abusaba fisicamente del pobre flamenco que no hacía más que intentar quitársela, si no, ella acabaría arrancándole el arete, o quizá, la oreja entera.

—Ardilla, aaahggg... ¡mi pelo! —se quejaba mientras ella lo halaba con fuerza—. ¡Quítenmela, me va dejar calvo!

—(Tn), ¡suéltalo, lo vas a matar! —le concientizaba Monet, pero sin animo de interponerse.

—Cavemos la tumba de Doffy-dasuyan —dijo Buffalo al llegar donde todos estaban.

—No estoy aquí, no estoy aquí... —decía Crocodile al dar zancadas silenciosas para alejarse del peligro—, no estoy aquí, no es..

—Crocodile Tou-san... —le llamó la atención (Tn), lo que causó que todos voltearan en dirección al moreno, quien tragó grueso al quedar petrificado.

—Aaaahhgg —se quejó Doflamingo al intentar ponerse de pie—, Maldita sea, ardilla, casi me arrancas la ore...

—¡Silencio! —le dedicó una mirada fulminante, haciendo que el rubio se quedara quieto, sentado en el suelo.

—Sí mi ardilla, lo siento. —habló serio, luego dirigió su mirada hacia Crocodile, quien seguía petrificado en posición de la zancada que no completó al intentar huir. Esperaba con todo su corazón que él también fuese castigado.

—¿Es cierto que ayudaste a llevar a cabo una masacre usando mi boda como excusa para acabar con esos criminales del bajo mundo? —inquirió seria, ella aún seguía usando el vestido de novia, ya que se despertó al momento en el que Doflamingo llegó al balcón de su habitación, cuando este regresaba de la colina de las flores, con ella en brazos.

—Burbujita yo... —giró su cabeza con gran dificultad, como si fuese algún robot falto de aceite en su mecanismo de tuercas, volteó a verla y también miró a todos a su alrededor.

—¿Sí, o no? —cuestionó aún más seria.

—Pues... —Crocodile tragó grueso, pero luego pensó en que si habría de morir ese día, al menos lo haría con su orgullo y dignidad intactos, ya bastante había sufrido al dramatizar en el baile de los novios, cuando fingió dolor por la falsa muerte de su hija. Decidido a morir con su hombría en alto, enderezó su postura y caminó hacia ella, pasando por en medio de todos sus subordinados y los de Doflamingo, se paró frente a ella, la miró con gran seriedad y decidió arreglar aquello como todo un temido personaje en la era de la piratería. Sin más que pensar... puso de rodillas frente a ella y la abrazó de la cintura—, ¡burbujita, el flamenco inútil me obligó, yo no quería! —exclamó fingiendo inocencia.

—¡Maldita lagartija traidora! —le condenó Doflamingo—. ¿Qué sigue, lágrimas de cocodrilo?

—¿Es cierto eso? —le cuestionó (Tn) a Crocodile, a lo que este respondió asintiendo, mirándola a los ojos. Ella enarcó la ceja, lucía escéptica, luego lo abrazó sin previo aviso—. ¡Papi, el flamenco inútil arruinó el día más importante de mi vida! —se quejó llorando.