11. No me dejes (Borrador)

2.5K 461 98
                                    

Doflamingo llevaba unas porciones de postre, que sabía que le encantarían a su ardilla comilona, y al llegar a las gradas del primer piso, notó que la alfombra estaba totalmente empapada, y que el agua seguía bajando sin parar. 

—¡(Tn)! —exclamó rápidamente, dejó caer los postres y saltó hasta el tercer nivel del palacio. Corrió y corrió desesperadamente hasta la habitación de su ardilla, y notó que la alfombra estaba más resbalosa que el resto por las gradas. Se dirigió al baño, y al abrir la puerta, una avalancha de agua y espuma salió dejándolo empapado. Se apresuró a buscar entre la espuma y no tardo en dirigirse a la tina de agua. Palpó y palpó, hasta dar con la orilla de la cerámica, rápidamente buscó entre el agua, y su corazón se paró por un momento. Sintió el cuerpo de (Tn) flotando en el agua, la sacó a prisas y se deslizó cayendo con ella en sus brazos—. Maldita sea, ¡(Tn)! —vociferó desesperado al salir a cuestas del baño haciendo uso de sus hilos para ya no resbalarse. Salió de la habitación y llamó por ayuda. Le daba respiración de boca a boca a la inconsciente muchacha que parecía perder el color de a poco—. No me hagas esto, ardilla. —suplicó temeroso y sin rendirse de darle respiración—. Vamos, ¡despierta!  —gritaba haciéndole compresiones en el pecho, para bombearle aire en sus pulmones. De pronto todos llegaron y miraron la horrible escena. Ella no respondía y Doflamingo empezaba a quebrarse—. (Tn), Maldita sea, ¡(Tn)! ¡Respira! —seguía insistiendo con la respiración de boca a boca. Pero en vista de que ya había pasado rato y ella no reaccionaba, el rubio sintió morirse.

Lao G y Diamante trataban de apartar a Doflamingo del frío cuerpo de (Tn), pero este se negaba a darse por vencido, seguía dándole respiración boca a boca, y aunque ya habían pasado más de cuatro minutos desde que la encontró inconsciente..., no paraba de intentar reanimarla.

—Doffy, ya basta... déjala ir. —le dijo Pica al tocarle el hombro.

—¡No! No tiene permitido dejarme, ¡no puede hacerme esto! —decía mientras Lao G y Diamante lo halaban de los brazos.

Monet, Violet, Baby 5 y Giolla estaban llorando, el ver a su Joven amo tan quebrado les había roto el corazón.
Trébol había llegado con los médicos y ellos empezaron a revisar a la pequeña mujer.
Uno de los médicos se puso de pie y tenía el rostro ensombrecido, ¿como le decía a Doflamingo que ya era muy tarde?

«Doffy...», se compadecía Baby-5 en su interior.

—No, ¡no te atrevas a decir eso! —le prohibió Doflamingo, pues se negaba a escuchar lo que ya sabía. Sin embargo, luchaba por mantenerse cuerdo y no dejarse caer, por lo que se oponía a aceptar que su pequeña ardilla había muerto ahogada—. ¡Quítense inútiles, ella no está muerta! —exclamó Doflamingo forcejeando porque lo soltaran.

—Suéltenlo. —dijo Trébol con un suave tono de voz.

Pica, Lao G y Diamante lo liberaron, y entonces Doflamingo tomó a su ardilla en sus brazos, y con los ojos humedecidos la miró con ternura.

—¿Quién te dijo que me podías dejar? —preguntó a nada de llorar—. No, no te dejaré en libertad, dije que me perteneces, y no puedes darte el lujo de irte como si nada. —la puso en el suelo y siguió con los procedimientos de la reanimación.

De momento a otro, la ardilla empezó a toser y escupir agua a montones. Doflamingo sintió como si su espíritu hubiese retornado a su cuerpo. La puso de lado y la chiquilla no paraba de toser.

—¡Es un milagro! —proclamó Giolla

Baby 5, Monet, Señor Pink, Dellinger, Violet, Trébol, Pica, Diamante y Lao G no creían lo que veían.
Los médicos se apresuraron a atenderla, pero la ardilla no dejó que nadie más la tocara. Se lanzó a los brazos de Doflamingo y lloró desconsoladamente.

Sympathy for the devil  ━━  [Finalizado] 《6》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora