El Reencarnado se Encuentra con la Transmigrada. Libro 2

Ropa de dormir

Capítulo 468:

Ropa de dormir

No hace falta decir que He Changdi no le diría esos pensamientos a su esposa.

Mientras estaba atrapado en su abrazo, Chu Lian hizo un voto silencioso de nunca volver a usar un vestido tan poco práctico. Era hermoso de ver, pero caminar en él solo se estaba metiendo en problemas.

He Sanlang fue un hombre de palabra.

Dejó a Chu Lian junto a la montaña decorativa frente al pasillo. Sin embargo, no se marchó inmediatamente después. En cambio, la ayudó a enderezar su ropa despeinada antes de tomar su mano y caminar juntos hacia su habitación en Songtao.

Cuando la sirvienta mayor Gui vio al tercer joven maestro sosteniendo la mano de la tercera joven señora, no pudo evitar sonreír.

En el momento en que He Changdi entró en la sala, lanzó una señal a Wenqing, Wenlan y el sirviente mayor Zhong con los ojos antes de llevar a Chu Lian hacia el dormitorio.

Cuando la sirvienta mayor Gui estaba a punto de entrar en el dormitorio con Jingyan detrás de ella para atenderlos, la sirvienta mayor Zhong los detuvo.

- Querida hermana, ¡hay algo que necesito discutir contigo! ¡Hagamos que Wenqing haga guardia aquí por hoy!

El sirviente mayor Gui miró a la pareja que acababa de desaparecer más allá de las cortinas que cubrían la entrada del dormitorio, luego volvió a mirar al sonriente sirviente mayor Zhong. Se dio cuenta de ello.

Se golpeó en la frente y admitió con algo de vergüenza:

- Mira lo confusa que me he vuelto

Por lo tanto, los dos sirvientes superiores enviaron a todos los demás sirvientes cercanos en un entendimiento tácito, dejando solo a Xiyan y Wenqing en caso de que el Tercer Joven Maestro y la Señora llamaran.

El rostro de Chu Lian comenzó a calentarse incontrolablemente en el momento en que He Changdi la llevó a la habitación.

Tenía la sensación de que He Sanlang no la dejaría escapar esta noche...

Pensando en la promesa que le había hecho cuando él todavía se estaba recuperando de sus heridas, Chu Lian estaba tímido y nervioso.

He Changdi finalmente había logrado que Chu Lian estuviera solo en el dormitorio con él. De ninguna manera iba a permanecer comedido y reservado.

Casi en el momento exacto en que las cortinas cayeron detrás de ellos, Chu Lian ya estaba envuelto con fuerza en su abrazo.

Chu Lian tenía una figura pequeña, por lo que estar atada por los brazos de He Changdi la hacía sentir como si estuviera doblada en su cuerpo.

Su delicada mejilla presionó contra su pecho. Podía escuchar los fuertes y apresurados latidos de su corazón.

El ritmo de los latidos de su corazón parecía ser contagioso ya que su corazón también comenzó a latir más rápido sin su control.

Las grandes palmas de He Sanlang acariciaron suavemente su espalda, como si estuviera tranquilizando a un gatito en pánico.

Bajó la cabeza y besó suavemente su cabello negro azabache. Con voz profunda, preguntó:

- Lian'er, ¿todavía recuerdas lo que me prometiste?

La respiración de Chu Lian se detuvo y su agarre en su camisa se apretó. Tragó saliva nerviosamente antes de poner un frente fuerte y murmurar.