𝒯𝓇𝑒𝓈

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𝔉𝔢𝔯𝔯𝔢𝔱

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𝔉𝔢𝔯𝔯𝔢𝔱

Omnisciente

En realidad, Dakota no había alcanzado a sus amigos en ninguna de las clases. Fue hasta que bajaban las escaleras para dirigirse al Gran Comedor para cenar, que volvieron a ver a la chica pelirroja

—¡Rata vieja! —se quejó Ron con amargura—. Eso nos llevará todo el fin de semana, ya veras —dijo refiriéndose a la tarea que la profesora Trelawney les había dejado

—¿Muchas tareas? —les preguntó muy alegre Hermione—. ¡La profesora Vector no nos ha puesto nada!

—Ay, que bueno —dijo Dakota mientras soltaba un suspiro de alivio

—Bien, ¡bravo por la profesora Vector! —dijo Ron, de mal humor.

Llegaron al vestíbulo, abarrotado ya de gente que hacía cola para entrar a cenar. Acababan de ponerse en la cola cuando oyeron una voz estridente a sus espaldas:

—¡Weasley! ¡Eh, Weasley!

Harry, Ron, Dakota y Hermione se dieron vuelta. Malfoy, Crabbe y Goyle estaban ante ellos, muy contentos por algún motivo.

—¿Qué? —contestó Ron

—¡Tu padre ha salido en el periódico, Weasley! —anunció Malfoy, blandiendo un ejemplar de El Profeta y hablando muy alto, para que todos cuantos abarrotaban el vestíbulo pudieran oírlo—. ¡Escucha esto!

MÁS ERRORES EN EL MINISTERIO DE MAGIA

Parece que los problemas del Ministerio de Magia no se acaban, escribe Rita Skeeter, nuestra enviada especial. Muy cuestionados últimamente por la falta de seguridad evidenciada en los Mundiales de quidditch, y aún incapaces de explicar la desaparición de una de sus brujas, los funcionarios del Ministerio se vieron inmersos ayer en otra situación embarazosa a causa de la actuación de Arnold Weasley, del Departamento Contra el Uso Incorrecto de los Objetos Muggles.

Malfoy levantó la vista.

—Ni siquiera aciertan con su nombre, Weasley, pero no es de extrañar tratándose de un don nadie, ¿verdad? —dijo

Todo el mundo escuchaba en el vestíbulo. Con un floreo de la mano, Malfoy volvió a alzar el periódico y leyó:

Arnold Weasley, que hace dos años fue castigado por la posesión de un coche volador, se vio ayer envuelto en una pelea con varios guardadores de la ley muggles (llamados «policías») a propósito de ciertos contenedores de basura muy agresivos. Parece que el señor Weasley acudió raudo en ayuda de Ojoloco Moody, el anciano ex auror que abandonó el Ministerio cuando dejó de distinguir entre un apretón de manos y un intento de asesinato. No es extraño que, habiéndose personado en la muy protegida casa del señor Moody, el señor Weasley hallara que su dueño, una vez más, había hecho saltar una falsa alarma. El señor Weasley no tuvo otro remedio que modificar varias memorias antes de escapar de la policía, pero rehusó explicar a El Profeta por qué había comprometido al Ministerio en un incidente tan poco digno y con tantas posibilidades de resultar muy embarazoso.

𝒟𝒶𝓀𝑜𝓉𝒶//𝒟𝓇𝒶𝒸𝑜 ℳ𝒶𝓁𝒻𝑜𝓎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora