Dakota Rose es una chica sangre pura, considerada traidora a la sangre. Es mejor amiga de Ron Weasley, Hermione Granger y Harry Potter, por lo cual, sería completamente imposible que ella y Draco Malfoy estuvieran juntos, ¿verdad?
Esta historia empi...
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Omnisciente
Era el cumpleaños de Harry. Cuando el y Ron bajaron a la cocina, encontraron un montón de regalos esperando encima de la mesa. Bill y monsieur Delacour estaban terminando de desayunar, y la señora Weasley, de pie, charlaba con ellos mientras vigilaba lo que tenía en una sartén.
—Arthur me ha pedido que te felicite de su parte, Harry —dijo la mujer con una sonrisa de oreja a oreja—. Ha tenido que ir temprano al trabajo, pero volverá a la hora de la cena.
—Feliz cumpleaños, cielo —le dijo Mer, igual, con una sonrisa de oreja a oreja—. Ese de ahí encima es mi regalo.
De pronto, Harry sintió un peso en su espalda y vio una cabellera pelirroja. Apenas sintió el peso de la chica supo quien era. Además de que los tacones negros con aquellas medias rojas la delataban
Sintió un beso en su mejilla
—¡Feliz cumpleaños, Harry! —le dijo Dakota con una enorme sonrisa
Después, bajo de la espalda de su amigo. Llevaba un jumpsuit corto negro, una chaqueta roja, zapatos negros y medias rojas (multimedia). Además, claro, de su labial rojo.
—Ten —dijo mientras le extendía su regalo—. Y no te preocupes, descubrí un hechizo para evitar que el labial se traspase. Uno de los más útiles...al menos para mi —dijo mas para si misma
Harry tomó el regalo con una sonrisa y la pelirroja se fue a sentar con los padres de Fleur, a los cuales, al parecer, les había agradado mucho la pelirroja.
Harry se sentó, tomó el paquete cuadrado que la madre de Dakota había señalado y lo desenvolvió. Dentro había un reloj muy parecido al que los Weasley le habían regalado a Ron cuando cumplió los diecisiete; era de oro y, en lugar de manecillas, tenía unas estrellas que giraban en la esfera.
—Es tradición regalar un reloj cuando un mago alcanza la mayoría de edad —explicó Mer mirando emocionada al chico —. Aunque ése no es nuevo, pues pertenecía a mi cuñado Mark, que no era muy cuidadoso con sus cosas. Verás que está un poco abollado por la parte de atrás, pero...
No pudo terminar su discurso, porque Harry se levantó y la abrazó. El muchacho intentó expresar así muchas cosas que nunca había dicho, y Mer debió de entenderlo, porque, cuando él la soltó, le dio unas palmaditas en la mejilla, haciendo un movimiento involuntario con la varita que provocó que un trozo de panceta saltara de la sartén y cayera al suelo.
