𝒟𝒶𝓀𝑜𝓉𝒶//𝒟𝓇𝒶𝒸𝑜 ℳ𝒶𝓁𝒻𝑜𝓎

𝒱𝑒𝒾𝓃𝓉𝒾𝓊𝓃𝑜

ℌ𝔬𝔪𝔢

Omnisciente

Harry, Dakota, Ron y Hermione aguardaban en el abarrotado vestíbulo. Todos estaban despidiéndose de sus amigos. Ya fuera de su mismo colegio, o de las amistades de Beuxbatons y Durmstrang que habían hecho.

Dakota vio a Draco despedirse de un chico de Durmstrang con un abrazó. Sonrió un poco y regresó su mirada hacia sus amigos.

—¡«Hagui»!

Fleur Delacour se acercaba a ellos.

—Nos volveguemos a veg, espego —dijo Fleur, tendiéndole la mano al llegar ante él—. Quiego encontgag tgabajo aquí paga mejogag mi inglés.

—Ya es muy bueno —señaló Ron con la voz ahogada.

Fleur le sonrió. Hermione frunció el entrecejo.

Dakota vio a su amiga con una sonrisa burlona

—Adiós, Hagui —se despidió Fleur, dando media vuelta para irse—. ¡Ha sido un placeg conocegte!

—Me pregunto cómo volverán los de Durmstrang —comentó Ron—. ¿Crees que podrán manejar el barco sin Karkarov?

—Karrkarrov no lo manejaba —dijo una voz ronca—. Se quedaba en el camarrote y nos dejaba hacerr el trrabajo. —Krum se había acercado para despedirse de Hermione—. ¿Podrríamos hablarr? —le preguntó

—Eh...claro...claro... —contestó Hermione, algo confusa, y siguió a Krum por entre la multitud hasta perderse de vista.

—¡Será mejor que te des prisa! —le gritó Ron—. ¡O nos iremos sin ti!

—¡Sabes que yo no dejará que eso pasara! —le gritó Dakota a su amiga.

Ron se pasó los minutos siguientes levantando el cuello para vigilar a Krum y Hermione por encima de la multitud. No tardaron en volver. Ron observó a Hermione, pero su rostro estaba impasible.

—Me gustaba Diggorry —dijo Krum de repente—. Siemprre erra amable conmigo. Siemprre. Aunque yo estuvierra en Durrmstrrang, con Karrkarrov —añadió, ceñudo.

—Así era el —le dijo Dakota con una pequeña sonrisa

—¿Ya tienen nuevo director? —preguntó Harry.

Krum se encogió de hombros. Tendió la mano como había hecho Fleur, y estrechó la de Harry y la de Ron

—Adiós, Dakota —le dijo Viktor mientras estrechaban sus manos

—Adiós, Viktor

Ron parecía inmerso en una lucha interna. Krum ya se iba cuando él le gritó: