Dakota Rose es una chica sangre pura, considerada traidora a la sangre. Es mejor amiga de Ron Weasley, Hermione Granger y Harry Potter, por lo cual, sería completamente imposible que ella y Draco Malfoy estuvieran juntos, ¿verdad?
Esta historia empi...
────────── ✧ ────────── THE ONE THAT I GOT AWAY-KATY PERRY ────────── ✧ ──────────
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Omnisciente
Todos aquí conocemos la historia de Draco y Dakota. Una historia que terminó con un final feliz. Pero...¿que hubiera pasado si no hubieran tenido su final feliz? Aquí está la respuesta: Draco puso su deseo de proteger a Dakota de su oscuridad por encima de su amor hacía la pelirroja, tiempo después de que la guerra terminara, años en los que sus corazones lloraron por el otro, ambos se dieron cuenta de que era momento de seguir adelante. Draco, inició una relación con Astoria Greengrass y Dakota, con nada más y nada menos que Harry Potter. El chico al que, por mucho tiempo, había visto y adorado como nada más mas que un hermano.
Draco y Astoria, habían tenido dos hijos, Sirius y Scorpius. Sirius era dos años mayor que Scorpius.
Harry y Dakota, tuvieron cuatro hijos, James Sirius, Meredith Jean, Albus Severus y Lily-Luna Potter.
James y Mer eran mellizos y ambas niñas, habían heredado el cabello pelirrojo de Dakota.
Ahora, de seguro se preguntarán, ¿cómo mierda Harry y Dakota terminaron juntos? Después de dos años de relación, Ginny y Harry terminaron. Un tiempo después, surgieron sentimientos entre Harry y Dakota. Al principio, la chica lo ignoraba y no quería tener nada que ver con Harry, porque era "su hermano de otra madre", además, del exnovio de una de sus mejores amigas. Pero Ginny, que para ese momento ya tenía un nuevo novio, lo notó. Y ella y Hermione animaron a la pelirroja de intentarlo.
Y... simplemente sucedió.
Y ya habían pasado más de diez años desde entonces...
Aquel año, el otoño se adelantó. El primer día de septiembre trajo una mañana tersa y dorada como una manzana, y mientras la pequeña familia cruzaba corriendo la ruidosa calle hacia la enorme y tiznada estación, los gases de los tubos de escape y el aliento de los peatones relucían como telarañas en la fría atmósfera. En lo alto de los tres cargados carritos que empujaban los padres se tambaleaban tres grandes jaulas con sendas lechuzas que ululaban indignadas. Una llorosa niña pelirroja iba detrás de sus hermanos, aferrada al brazo de su padre.
—Dentro de poco tú también irás —la consoló Harry.
—Faltan dos años —gimoteó Lily—. ¡Yo quiero ir ahora!
