𝒟𝒶𝓀𝑜𝓉𝒶//𝒟𝓇𝒶𝒸𝑜 ℳ𝒶𝓁𝒻𝑜𝓎

𝒩𝑜𝓋𝑒𝓃𝓉𝒶 𝓎 𝒹𝑜𝓈

𝔊𝔬𝔡𝔯𝔦𝔠'𝔰 ℌ𝔬𝔩𝔩𝔬𝔴

Omnisciente

Al día siguiente, los tres tomaron el desayuno en silencio. Los ojos de Hermione estaban rojos e hinchados; parecía que no hubiera dormido nada. Empacaron sus cosas, Hermione haciéndolo demasiado despacio. Harry y Dakota sabían por qué quería alargar su estancia en la ladera del río; varias veces la vieron con mirada vigilante.

A su lado, el lodoso río estaba creciendo rápidamente y pronto se desbordaría sobre su margen. Se habían retrasado una hora larga sobre el momento en que hubieran levantado el campamento en condiciones normales. Al final, después de rehacer tres veces completas el equipaje en el bolso bordado, Hermione parecía incapaz de encontrar más razones para retrasarse: ella, Dakota y Harry se tomaron de las mano y se Desaparecieron, reapareciendo sobre una ventosa ladera cubierta de brezos.

En el instante que llegaron, Hermione soltó la mano de Harry y se alejó de él, sentándose finalmente sobre una gran roca, su cara sobre las rodillas, sacudiéndose con lo que él sabía eran sollozos. Dakota se acercó y la consoló, pero Harry se quedo inmóvil.

Harry echó a andar a grandes zancadas a través de los brezos, caminando en un gran círculo con centro en la desconsolada Hermione, conjurando los hechizos que solían hacer ambas chicas para garantizar su seguridad.

Aquella noche, Dakota se ofreció para vigilar. Estaba sentada afuera de la tienda, con su libro de Cuentos de Beedle el Bardo y su varita. Miraba a su alrededor, aburrida. Empezó a mover su varita sin pronunciar ningún hechizo.

—Expecto Patronum —susurró después de unos minutos de aburrimiento.

A la pelirroja siempre le había gustado ver a su zorro plateado. Sin embargo, esta vez, no salió su zorro. En su lugar, salió una serpiente

Dakota soltó un suspiro

No hablaron de Ron en el transcurso de los siguientes días. Harry había decidido no volver a mencionar su nombre, Dakota no sabía cómo empezar una conversación al respecto, y Hermione parecía saber que sería inútil forzar el tema, aunque a veces, por las noches, cuando ella pensaba que estaba Harry dormido, el chico podía escucharla llorar y a Dakota consolarla.

Por el día, se dedicaban a tratar de determinar los posibles lugares donde pudiera estar la espada de Gryffindor, pero cuanto más hablaban de los sitios en los que Dumbledore pudiera haberla escondido, su especulación se volvía más desesperada y menos atractiva.

Dakota sufría en silencio por el abandono de Ron. Lo conocía desde los cuatro años, habían crecido juntos. Cuando recibieron sus cartas de Hogwarts, no las abrieron hasta que estuvieron los dos juntos. No solamente Harry era su hermano, Ron también lo era. Y el hecho de que se fuera, le dolía. Pero intentaba no mostrar lo mucho que le dolía por Hermione, que lloraba casi todas la noches, si no es que todas.