𝒪𝒸𝒽𝑒𝓃𝓉𝒶 𝓎 𝓈𝒾𝑒𝓉𝑒

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𝔐𝔲𝔫𝔡𝔲𝔫𝔤𝔲𝔰

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𝔐𝔲𝔫𝔡𝔲𝔫𝔤𝔲𝔰

Omnisciente

Cuando entró a la cocina, se percató de que Ron y Harry habían tenido una pequeña discusión

—Ya sé que no debí llamarlo cobarde —dijo Harry

—No, no debiste hacerlo —refunfuñó Ron.

—Pero se comporta como tal.

—Aunque así fuera... —intervino Hermione.

—Ya lo sé. Pero si eso hace que vuelva junto a Tonks, habrá valido la pena, ¿no? —Harry no pudo evitar el deje de súplica de su voz.

Hermione lo miró con indulgencia y Ron, vacilante. Harry se miró los pies.

La cocina estaba en silencio, pero casi se oía el zumbido de la reciente conmoción y el de los reproches no expresados de Ron y Hermione. El Profeta que Lupin les había llevado seguía encima de la mesa, y la cara de Harry contemplaba el techo desde la primera plana. El chico se aproximó a la mesa y se sentó. Levantó el periódico, lo abrió al azar y fingió leer.

Los cuatro se mantuvieron en silencio

Cuando, después de un rato, Harry estaba a punto de bajar el periódico para pedirles su opinión a Ron, Dakota y Hermione, un «¡crac!» ensordecedor resonó en la cocina.

Al principio pensaron que Lupin había vuelto a irrumpir en la habitación.

Harry se puso rápidamente en pie al mismo tiempo que Kreacher se desenredaba y, haciendo una reverencia a Harry anunciaba con su ronca voz:

—Kreacher ha vuelto con el ladrón Mundungus Fletcher, mi amo.

Mundungus se levantó con dificultad y sacó su varita; pero Dakota fue más rápida que él y gritó:

—¡Expelliarmus!

La varita mágica de Mundungus saltó por los aires y ella la atrapó. Mundungus, despavorido, echó a correr hacia la escalera; sin embargo, Ron lo derribó sobre el suelo de piedra con un amortiguado crujido.

—Pero ¿qué pasa aquí? —bramó retorciéndose para soltarse de los brazos de Ron—. ¿Qué he hecho? ¿Por qué envían a un maldito elfo doméstico a buscarme? ¿A qué juegan? ¿Qué he hecho? ¡Suéltame! ¡Suéltame o...!

—No estás en posición de amenazarnos. En especial porque Dakota trajo su arco —dijo Harry. Apartó el periódico, cruzó la cocina en pocas zancadas y se arrodilló al lado de Mundungus, que dejó de forcejear y lo miró aterrado.

Ron se levantó jadeando y observó cómo Harry apuntaba su varita a la nariz de Mundungus. Éste apestaba a sudor y humo de tabaco; tenía el pelo enmarañado y la túnica manchada.

𝒟𝒶𝓀𝑜𝓉𝒶//𝒟𝓇𝒶𝒸𝑜 ℳ𝒶𝓁𝒻𝑜𝓎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora