𝒩𝑜𝓋𝑒𝓃𝓉𝒶 𝓎 𝓉𝓇𝑒𝓈

1.1K 94 8
                                    

𝔑𝔞𝔤𝔦𝔫𝔦

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

𝔑𝔞𝔤𝔦𝔫𝔦

Omnisciente

—¡Esperen! —dijo Hermione

—¿Qué pasa? —preguntó Harry

Se encontraban a la altura de la tumba de aquel Abbott desconocido.

—Ahí hay alguien. Alguien nos está observando. Lo noto. Allí, detrás de esos arbustos.

Se quedaron quietos, abrazados, escrutando los densos y negros límites del cementerio. Pero Harry no veía nada.

—¿Estás segura?

—Yo también lo vi —dijo Dakota—. Algo se movió, juraría que he... —ambas se separaron de él para tener libres los brazos de la varita.

—Tenemos aspecto de muggles —le recordó Harry.

—¡Sí, de unos muggles que acaban de dejar flores en la tumba de tus padres! —dijo Dakota

—¡Estamos seguras de que hay alguien, Harry!

Al chico le vino a la memoria el libro Historia de la magia; se suponía que en ese cementerio había fantasmas. ¿Y si...? Pero entonces oyó un susurro y percibió un pequeño remolino de nieve que se desplazaba en el arbusto que Hermione y Dakota habían señalado. Los fantasmas no movían la nieve...

—Será un gato —comentó Harry— o un pájaro. Si fuera un mortífago ya estaríamos muertos. Pero salgamos de aquí y volvamos a ponernos la capa.

Miraron hacia atrás varias veces mientras salían del cementerio. Harry, que no estaba tan tranquilo como le había hecho creer a sus amigas para calmarlas, se alegró cuando llegaron a la cancela y pisaron la resbaladiza acera; entonces se taparon con la capa invisible.

El pub estaba más lleno que antes, y en su interior un coro de voces cantaba el mismo villancico que habían oído cuando se acercaron a la iglesia. Harry estuvo a punto de proponer que se refugiaran en el local, pero antes Hermione murmuró: "Vamos por aquí", y lo ambas chicas arrastraron por una oscura calle por la que se salía del pueblo en dirección opuesta a la que los había llevado a el Valle de Godric.

—¿Cómo vamos a encontrar la casa de Bathilda? —preguntó Hermione, que temblaba ligeramente y no paraba de mirar hacia atrás

—No lo se —dijo Dakota—. ¡Harry! ¿Tú qué opinas? ¡Harry!

La chica le tiró del brazo, pero él no estaba prestándole atención, concentrado en la oscura edificación que se alzaba al final de la hilera de casas. A continuación echó a correr tirando de su amiga, que resbaló un poco en el hielo.

—Harry...

—Mira. Mírenla, chicas.

—No sé qué...¡Oh!

𝒟𝒶𝓀𝑜𝓉𝒶//𝒟𝓇𝒶𝒸𝑜 ℳ𝒶𝓁𝒻𝑜𝓎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora