𝒟𝒶𝓀𝑜𝓉𝒶//𝒟𝓇𝒶𝒸𝑜 ℳ𝒶𝓁𝒻𝑜𝓎

𝒞𝒾𝑒𝓃𝓉𝑜 𝑜𝓃𝒸𝑒

ℭ𝔥𝔬𝔬𝔰𝔢 𝔪𝔢

Omnisciente

Dakota soltó un suspiro de nervios. La pelirroja caminaba de izquierda a derecha mientras jugaba con sus dedos.

—Dakota.

La pelirroja se volteó a ver a Malfoy.

—¿Que pasa? ¿Que necesitas? Debes de ser lo más rápida posible —le dijo el rubio mientras miraba a los lados para asegurarse de que nadie estuviera cerca, y la pelirroja se acercaba a él.

—A ti, Draco. Eso es lo que necesito. Te necesito a ti.

—Dakota...

—No. Escúchame —le dijo—. Te entiendo, ¿okey? En serio lo hago. ¿Recuerdas aquella vez, cuando terminamos, que te dije que eras cruel? —Draco asintió—. Lo lamento. Estaba equivocada. No eres cruel. Se que bajaste la varita en la Torre de Astronomía, de la misma forma en la que se que todo eso lo hiciste porque te amenazo conque si no lo hacías, mataría a tus padres, a ti y a mi. No eres cruel, eres...eres un chico que no tuvo elección. Pero ahora la tienes. Puedes elegirlos a ellos...o puedes elegirme a mi. Así que, por favor... elígeme —le dijo con la voz rota—. Te amo, Draco

—¿En serio?

Dakota asintió

Malfoy limpio una de las lágrimas de la pelirroja con su pulgar, y dejó su mano reposando en la mejilla de la chica.

—Yo también te amo, Dakota —le dijo—. Pero no puedo. Tienes que alejarte de mi. No soy bueno para ti...

—Tienes razón, eres perfecto para mi —lo interrumpió, en un intento de convencerlo.

—No. Dakota, tienes que dejar de involucrarte en todo esto. Lo que te hizo mi tía...

—¿Es por eso? ¿Porque Bellatrix me torturó? Porque si es por eso, te recuerdo que mi papá también lo hizo.

—¡No, Dakota!

—¡¿Entonces porque?!

—¡Porque te amo, Dakota! —dijo mientras tomaba la otra mejilla de la pelirroja—. ¡Te amo desde los doce años y no puedo soportar que salgas lastimada! Y si estar separados, evita que te acerques a la chiflada de Bellatrix o que te involucres de más en todo esto, entonces quiero que nos alejemos.

Ambos guardaron silencio y se vieron a los ojos por unos segundos.

—Entonces...¿Los eliges a ellos? —le preguntó con la voz rota.

—No, Bee. No elijo a ninguno. Como tú dijiste, no tengo elección.

Draco plantó un beso en la frente de la chica, y después comenzo a alejarse.

—Draco —lo llamó Dakota.

El chico se volteó, Dakota se acercó lentamente y le extendió un pergamino doblado.