𝒞𝒾𝓃𝒸𝓊𝑒𝓃𝓉𝒶 𝓎 𝒹𝑜𝓈

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𝔗𝔥𝔢 𝔭𝔯𝔬𝔭𝔥𝔢𝔠𝔶

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Omnisciente

Dakota subió al thestral sin dificultad alguna. Luego se volvió y miró a sus compañeros. Harry ya estaba arriba de la criatura. Neville se había subido al lomo de otro thestral e intentaba pasarle una pierna por encima. Luna ya se había montado de lado en el suyo, y se estaba arreglando la túnica como si hiciera aquello a diario. Ron, Hermione y Ginny, en cambio, seguían de pie y sin moverse, boquiabiertos y mirando a los demás.

-¿Qué pasa? -preguntó Harry.

-¿Cómo quieres que los montemos? -dijo Ron con voz queda-. Si nosotros no podemos ver a esos bichos...

-¡Ah, es muy fácil! -comentó Luna; se bajó solícitamente de su thestral y fue hacia donde estaban Ron, Hermione y Ginny-. Vengan...

Los guió hacia donde se hallaban los otros thestrals y, uno a uno, los fue ayudando a montar. Los tres parecían muy nerviosos mientras Luna les enredaba una mano en la crin del animal y les decía que se sujetaran con fuerza; luego Luna volvió a montar en su corcel.

-Esto es una locura -murmuró Ron palpando con la mano que tenía libre el cuello de su caballo-. Es una locura...Si al menos pudiera verlo...

-Yo en tu lugar no me quejaría de que siga siendo invisible -dijo Harry siniestramente

-¿Porque? Si son tan bonitos -dijo Dakota con cariño, mientras acariciaba a la criatura

Harry la vio con una mueca por unos segundos

-¿Están preparados? -dijo Harry. Todos asintieron-. A ver...-Miró la parte de atrás de la reluciente y negra cabeza de su thestral y tragó saliva-. Bueno, entonces...Ministerio de Magia, entrada para visitas, Londres -indicó, vacilante-. No sé si...sabrás...

Al principio el thestral de Harry no se movió, pero poco después desplegó las alas con un contundente movimiento que casi derribó al chico; el caballo se agachó un poco e inmediatamente salió disparado hacia arriba; todos los demás despegaran, subía tan deprisa y de forma tan vertical. Subieron volando entre las ramas más altas de los árboles y se elevaron hacia una puesta de sol de color rojo sangre.

Dakota no recordaba haber volado jamás a tanta velocidad; el animal pasó como una centella por encima del castillo, batiendo apenas las grandes alas; el fresco viento azotaba el rostro de todos. Harry, con los ojos entrecerrados, miró hacia atrás y vio a sus seis compañeros volando tras él. Todos iban pegados cuanto podían al cuello de sus monturas para protegerse de la estela que dejaba el thestral de Harry. Dejaron atrás los terrenos de Hogwarts y sobrevolaron Hogsmeade; Dakota veía montañas y valles a sus pies. Como estaba oscureciendo, distinguió también pequeños grupos de luces de otros pueblos, y luego una sinuosa carretera que discurría entre colinas y por la que circulaba un solo coche...

𝒟𝒶𝓀𝑜𝓉𝒶//𝒟𝓇𝒶𝒸𝑜 ℳ𝒶𝓁𝒻𝑜𝓎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora